La Oktoberfest anual, que se celebra este fin de semana en la fábrica de cerveza Taybeh, en Cisjordania ocupada, es una fiesta de la cerveza como ninguna otra.
Desde 1994 funciona en circunstancias difíciles. Ahora la cervecería palestina está dirigida por una mujer, Madees Khury, lo que añade una capa adicional de complicación.
Khury afirma ser la primera, y quizás la única mujer cervecera de Medio Oriente, y encabeza una dinastía cervecera que convirtió a la pequeña aldea cristiana de Taybeh, en la Cisjordania ocupada por Israel, en una marca de cerveza mundial.
No fue una infancia normal para Khury, que pasó sus primeros años alrededor de las enormes cubas de la fábrica de cerveza Taybeh.
“Crecí en la fábrica de cerveza desde que tenía nueve años. Corría de un lado a otro causando problemas”, comenta a la AFP.
Tras graduarse en 2007 en la universidad de Boston (Estados Unidos), volvió a Taybeh para aprender el negocio familiar.
Ahora ascendió a directora de operaciones y es el rostro de la alabada Oktoberfest de la empresa, lanzada en 2005.
La Oktoberfest de Taybeh, que se celebra el viernes y el sábado, tiene que ver tanto con la identidad palestina como con el consumo de cerveza.
Es una combinación de dabke, un baile tradicional, cervezas y política.
“Para construir un Estado de Palestina, tenemos que invertir nuestro propio dinero, educación y trabajo duro en el país abriendo negocios nosotros mismos, sin depender de la ayuda extranjera que puede cortarse en cualquier momento”, prosigue Khury.
– Elaborar cerveza bajo la ocupación –
Elaborar cerveza como negocio viable no es una tarea fácil en Cisjordania.
“Además de estar bajo ocupación, hay escasez de agua. No hay fronteras. Moverse y transportarse es muy difícil”, detalla.
Además, Khury es una mujer en un sector dominado por los hombres. “Las mujeres de la industria cervecera en general lo tienen muy difícil”, afirma.
“Pero creo que yo lo tengo más difícil por estar en un país dominado por los hombres, un país árabe y bajo ocupación, así que es cuatro o cinco veces más difícil que en cualquier otro lugar”, subraya.
Con solo nueve ciudades y pueblos cristianos en Cisjordania, la familia Khury se vio obligada a vender en el extranjero.
En la actualidad, la marca se vende en todo el mundo, desde Japón hasta Estados Unidos, y la cervecería produce alrededor de 1,8 millones de botellas al año.
Los organizadores afirman que hasta 16.000 personas asistirán a la Oktoberfest de este fin de semana.
Para Basam Basem, residente de Taybeh, la cerveza dibujó en el mapa lo que era un pueblo dormido.
“Esta cerveza hizo que nuestro pueblo sea conocido en todo el mundo”, destaca.