En Tailandia, el último grupo de azafatas que trabajan para un club de fútbol, las ‘Rabbit Girls’ (las Chicas Conejo) se enfrentan en los días de partido a los estereotipos sexistas que persisten en el reino del Sudeste Asiático.
“Somos embajadoras de la marca, así que es importante para nosotras tener una buena apariencia”, explica Phatlita Lertphaholphat, de 29 años, mientras se maquilla el rostro.
“Al permanecer tranquila y bella” el ambiente se “suaviza” en el estadio, dominado por un público masculino, explica.
La joven pertenece a la brigada de las ‘Rabbit Girls’, que participa en la animación de los partidos como local del BG Pathum Thani United, un equipo de la primera división de la periferia de Bangkok.
En Tailandia no es raro encontrar en eventos promocionales azafatas elegidas por su físico, un paso por detrás de muchos otros países del mundo que luchan contra los prejuicios por sexo.
La Fórmula 1 abandonó las “chicas de la parrilla” y el Tour de Francia las azafatas en los podios, pero en Tailandia esa evolución aún no se ha producido, según expertos interrogados por la AFP.
Según una idea extendida “los hombres sobresalen en los deportes mientras que las mujeres aseguran el entretenimiento”, resume Naiyana Supapung, una militante por los derechos de las mujeres.
“Es como si el capitalismo y el patriarcado se dieran la mano” en el tema de las azafatas, insiste Sukrittaya Jukping, profesora de estudios de género en la Universidad Thammasat, en Bangkok.
La veintena de ‘Rabbit Girls’ son elegidas cada año por los aficionados entre centenares de candidatas que deben estar solteras y tener menos de 30 años.
– Redes sociales –
Bailes difundidos en TikTok, indicaciones sobre la separación de residuos, animación, fotos… Los días de partido se dividen en zonas para calentar el ambiente entre los cerca de 6.000 espectadores.
“Las mujeres son mejores para ofrecer ese tipo de diversión”, estima Nopparuj Charoensuk, un aficionado de 19 años, preguntado antes de un partido de liga a principios de marzo.
El BG Pathum Thani United es el último club de Tailandia en emplear azafatas, aunque los otros abandonaron la idea por motivos económicos.
El responsable del club encargado de las ‘Rabbit Girls’ se defiende de las acusaciones de utilizar mujeres como objetos, y asegura que ellas llevan a cabo tareas acordes a los tiempos actuales y a la era de las redes sociales.
“Cuando buscamos la nueva generación de ‘Rabbit Girls’, buscamos mujeres talentosas con cualidades para expresarse”, explica Nittayaporn Tharasuk, directora de marketing y comunicación del club.
Las azafatas cobran entre 20.000 y 30.000 bahts al mes (550 a 800 dólares), y muchas de ellas lo compaginan con otro trabajo.
“Hay competencias que he aprendido en este trabajo, como hablar en público y gestionar el tiempo”, explica Phatlita Lertphaholphat, que pese a ayudar a su familia logra ahorrar.
La experiencia es mejor de lo que pueda parecer, prosigue la joven. “Pienso hacer aún dos años más, y después me gustaría crear mi propia empresa”.