Meta, casa matriz de Facebook, informó que desmanteló redes de cuentas falsas en Cuba y Bolivia, que vinculó con los gobiernos de esos países y que eran usadas para difundir mensajes oficialistas y desacreditar a opositores.
Las redes operaban de forma independiente en cada país y sus contenidos llegaron a cientos de miles de personas antes de ser desbaratadas tras una investigación interna que concluyó en el cuarto trimestre de 2022.
“Se trató de esconder quién estaba detrás de esto, pero nuestra investigación encontró vínculos con el gobierno cubano”, explicó Ben Nimmo, líder global de Inteligencia sobre Amenazas de Meta, en una videoconferencia.
Ocurrió una situación similar en el caso de Bolivia, agregó Nimmo. La investigación llevó a nexos con el gobierno de izquierda, con el partido oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) tras su regreso al poder en 2020 y un grupo autodenominado “Guerreros Digitales”, precisó.
Bolivia puso en tela de juicio al informe.
“Habría que preguntarse cuáles son sus criterios por los que ha llegado a esas conclusiones y ese tipo de informes”, dijo la ministra de la Presidencia de Bolivia, María Nela Prada.
“Deberíamos exigir a plataformas virtuales como Facebook que exista mucha más transparencia a lo que pasa en este espacio virtual”, afirmó en una rueda de prensa.
Meta ya eliminó en noviembre de 2021 una “granja de troles” operada en Nicaragua.
En el caso de la Cuba socialista, que por décadas fue uno de los países menos conectados del mundo, Meta desactivó 363 cuentas de Facebook, además de 270 páginas y 229 grupos, así como 72 de Instagram. La operación abarcó otras redes sociales como YouTube, TikTok y Twitter.
En Bolivia se desactivaron unas 1.600 cuentas, páginas y grupos que funcionaban en búnkeres en La Paz y Santa Cruz.
“Coordinaron sus esfuerzos para usar cuentas falsas, publicar apoyo al gobierno boliviano y criticar y acosar a la oposición”, señaló David Agranovich, director de Disrupción de Amenazas, también en la conferencia.
Meta dijo que no presentó estos datos a los gobiernos de Cuba o Bolivia porque halló que estaban “vinculados” a estas actividades.
En la operación en Cuba Meta identificó dos brazos.
El primero fue denominado como “porristas falsas” por Nimmo: “cuentas básicas falsas para compartir y dar ‘Me gusta’ al contenido del gobierno”.
El segundo, “más elaborado”, pasaba por la creación de identidades irreales “para publicar críticas a opositores al gobierno” en la isla y en el extranjero.
“Algunas de estas cuentas utilizan fotos de perfil que probablemente se generaron utilizando inteligencia artificial, es decir, fotos de personas que no existen”, dijo.
Agranovich precisó que unas 650.000 personas siguieron a una o más de las páginas en la red cubana y unas 510.000 se unieron a los grupos.
El caso boliviano involucró a poco más de dos millones de cuentas que seguían a las páginas.
Nimmo señaló que después de tumbar la red en Cuba, sus autores trataron de reponerla.
“Parte del trabajo no es solo tumbarla, sino mantener la presión para que sea más difícil para ellos construir una audiencia”, afirmó.