La sala de recién nacidos del Materno Infantil del Hospital Escuela fue testigo de un acontecimiento poco común y profundamente emotivo: el nacimiento de tres niñas, trillizas prematuras, que llegaron al mundo con bajo peso, pero en condiciones estables.
El equipo médico las mantiene bajo observación en el área de cuidados mínimos, donde permanecerán varios días mientras se fortalecen.

Su madre, Gladys Martínez, una joven originaria de Intibucá, dio a luz mediante cesárea y aún se recupera físicamente del procedimiento. Sin embargo, su fortaleza emocional ha conmovido al personal médico.
“Estoy feliz y asustada, las amo y las sacaré adelante”, expresó desde su cama, con la voz entrecortada pero llena de determinación.
Las pequeñas nacieron con pesos que oscilan entre 1.6 y 1.9 kilogramos, lo que las clasifica como neonatos de bajo peso.

A pesar de ello, no presentan complicaciones respiratorias ni infecciones, lo que ha sido considerado un signo alentador por los pediatras del centro hospitalario.
Pero detrás de la alegría por el nacimiento, Gladys enfrenta una dura realidad: el padre de las bebés, según relata, se ha desentendido completamente de la situación.
“Me dio la espalda cuando más lo necesitaba. Ahora estoy sola, pero no me voy a rendir”, dijo con firmeza.
El caso ha despertado muestras de solidaridad entre el personal del hospital y otros pacientes, quienes han ofrecido apoyo emocional y donaciones de pañales, ropa y leche materna donada por el banco del hospital.

La historia de Gladys y sus hijas es un testimonio de resiliencia y amor incondicional.
En medio de la adversidad, esta madre intibucana se aferra a la esperanza y a la promesa de sacar adelante a sus tres pequeñas guerreras, que hoy luchan por crecer fuertes en una cuna compartida de cuidados y ternura.
Ahora se pregunta… ¿cómo haré sola? Si tú deseas ayudar puedes comunicarte con doña Gladys Martínez al teléfono 8780-6346.