Gracias, Lempira. — Un emotivo episodio de esperanza y resiliencia se vivió en el Hospital Juan Manuel Gálvez, donde un recién nacido logró superar un estado crítico tras permanecer 30 días bajo cuidados intensivos.
El menor, originario de una comunidad rural cercana, ingresó al centro asistencial con complicaciones respiratorias severas, bajo peso y signos de sepsis neonatal, lo que puso en alerta al equipo médico desde el primer momento.

La recuperación del bebé fue posible gracias al trabajo incansable del personal de pediatría, neonatología y enfermería, quienes implementaron protocolos especializados, monitoreo constante y terapias adaptadas a su delicado estado. “Podemos decir que lo logramos”, expresó con emoción la doctora Karla Mejía, jefa del área pediátrica, al confirmar que el menor fue dado de alta con signos vitales estables y evolución favorable.
Durante su estancia, el bebé recibió soporte ventilatorio, nutrición parenteral y tratamiento antibiótico intensivo. Además, se contó con el respaldo de la Fundación Amigos del Gálvez, que facilitó insumos médicos y apoyo emocional a la familia, proveniente de la comunidad de La Campa.
Este caso ha sido destacado como un ejemplo del compromiso del personal de salud con la niñez lenca y la población vulnerable del occidente hondureño. “Aquí no solo se salvan vidas, se construyen historias de esperanza”, afirmó el director del hospital, doctor Elías Rivera, quien recordó que el centro atiende un promedio de 1.200 partos al año, muchos de ellos en condiciones de alto riesgo.

El Hospital Juan Manuel Gálvez, fundado en 1952, continúa consolidándose como un pilar de atención médica en la región, pese a limitaciones presupuestarias y desafíos logísticos.
La historia de este bebé es, sin duda, un testimonio del valor de la medicina humanizada y del esfuerzo colectivo por preservar la vida en contextos adversos.