Un total de 1.3 millones de hondureños, de una población elegible para vacunación de 7.5 millones, no ha recibido ninguna dosis de la vacuna contra el COVID-19, revela una veeduría social hecha por la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), en conjunto con la Plataforma Juvenil de la Alianza por la Paz y la Justicia (APJ).
De los más de 7.5 millones de hondureños elegibles para inocularse contra la COVID-19, todavía 1.3 millones no se han puesto la primera dosis, 2.2 millones la segunda y solamente 2.9 han recibido una tercera dosis o refuerzo de vacunas, establece el informe presentado por parte de ASJ.
La veeduría se realizó en el marco del trabajo que realiza el observatorio social “Vacunas para todos”, a través del cual monitorea el avance de la vacunación contra el COVID-19.
Los ejercicios de veeduría incluyeron levantamiento de información en seis regiones sanitarias de Salud en Atlántida, Comayagua, Copán, Francisco Morazán, Lempira y San Pedro Sula, en las cuales se recolectaron datos sobre el contexto local de casos del virus, almacenamiento y aplicación de vacunas, así como el reporte del avance de la vacunación a nivel local.
DOSIS DE REFUERZO
Al 11 de julio, de 6 millones 229,648 personas mayores de 12 años elegibles para vacunación, solo dos millones 899,580 habían recibido una tercera dosis o refuerzo, mientras que de un millón 345,500 niños y niñas entre 5 y 11 años elegibles, 800,591 cuentan con la primera dosis, 554,569 poseen la segunda dosis y apenas 1,748 la tercera dosis.
Entre los hallazgos de la veeduría se subraya que los reportes de avances del proceso de vacunación de la Secretaría de Salud (Sesal) se hacen diariamente, en su mayoría por vía digital, lo que apoya la confiabilidad de los datos, que además son de acceso público.
No obstante, el reporte apunta que “en todas las regiones encuestadas hay cantidades limitadas de dosis de vacunas, lo cual limita la cantidad de personas vacunadas a diario en los centros de vacunación”. Por lo anterior, la ASJ recomendó aumentar significativamente la cantidad de dosis de vacunas disponibles en las regiones sanitarias, para acelerar el ritmo de la vacunación contra el COVID-19 en el país, principalmente la de niños y niñas entre 5 y 11 años, para prevenir el aumento de contagios en centros educativos y la propagación del virus.