Miles de fanáticos de Squid Game se reunieron este sábado en el centro de Seúl para celebrar el estreno de la tercera y última temporada de la exitosa serie surcoreana en Netflix.
Desde su debut en 2021, esta distopía sobre desigualdad social y violencia estructural se convirtió en el contenido más visto de la plataforma, generando un impacto cultural global.
La celebración tuvo lugar cerca del palacio Gyeongbokgung, donde numerosos asistentes acudieron disfrazados como los icónicos agentes enmascarados de la serie.
También participaron con elementos simbólicos como grandes fichas de ddakji —el tradicional juego coreano representado en la trama— y una bandera con los distintivos símbolos de círculo, triángulo y cuadrado.
El creador de la serie, Hwang Dong-hyuk, expresó recientemente en conferencia de prensa que entregó todo en la creación de la historia y, aunque siente tristeza por su final, también experimenta alivio por cerrar este capítulo.
La Biblioteca Metropolitana de Seúl se iluminó con imágenes de escenas y personajes memorables, incluida la inquietante muñeca Young-hee, protagonista del primer juego de la serie.
El evento, respaldado en parte por la Municipalidad de Seúl, busca aprovechar el fenómeno de Squid Game como un ejemplo del “poder blando” cultural de Corea del Sur, promoviendo el turismo y el reconocimiento global de su industria creativa. “Este proyecto se ha convertido en un fenómeno cultural sin precedentes”, declaró el actor Lee Byung-hun, quien interpreta al enigmático “líder”.
Entre los asistentes internacionales destacó la influencer Snitchery, que viajó desde Los Ángeles y dijo no querer marcharse, mientras que el fan coreano Park Sang-gyu compartió haber pasado la noche despierto viendo la nueva temporada. Según él, la serie “no es solo sobre juegos, sino sobre la gente y la vida misma”.
El cierre de Squid Game marca el fin de una era que transformó el panorama del entretenimiento global.