Kirsty Coventry hace historia al convertirse en la primera mujer en presidir el Comité Olímpico Internacional (COI) y la primera persona africana en liderar esta influyente organización deportiva.
La exnadadora zimbabuense, ganadora de dos medallas de oro olímpicas, sucederá al alemán Thomas Bach, quien estuvo al mando durante los últimos 12 años.
El anuncio de su elección se llevó a cabo de manera sorpresiva, puesto que el proceso fue más rápido de lo esperado. Con siete candidatos en liza, la cifra más alta en los 130 años de historia del COI, Coventry logró la mayoría absoluta de votos en la primera ronda, superando a figuras como el presidente de World Athletics, Sebastian Coe, y Juan Antonio Samaranch Salisachs, hijo del antiguo presidente del COI, Juan Antonio Samaranch.
Coventry obtuvo 49 votos, mientras que Samaranch se quedó en 28 y Coe en solo 8, en una votación cerrada que buscaba evitar filtraciones.

Al aceptar su nuevo cargo, Coventry declaró: “Este no es solo un gran honor, sino un recordatorio de que lideraré esta organización con orgullo y con nuestros valores, y espero que todos estén satisfechos con la decisión que han tomado”. Desde su elección en 2013 como miembro de la comisión de atletas, ha experimentado un ascenso notable dentro de la estructura del COI, apoyada discretamente por Bach.
Su mandato empezará oficialmente el 23 de junio en Lausana, y se extenderá por ocho años, con la opción de una prórroga de cuatro más. Coventry representa un avance significativo hacia la feminización e internacionalización del COI; actualmente, 43 mujeres forman parte de la organización, casi el doble que en 2013. A pesar del secreto de la votación, la elección de Coventry simboliza un cambio en la dirección del COI, que ha pasado de ser dominado por miembros occidentales a ser una entidad verdaderamente global.

Sin embargo, su presidencia no estará exenta de desafíos. Coventry deberá navegar casos difíciles, como la participación de deportistas rusos y bielorrusos en competiciones tras la invasión de Ucrania, así como mejorar la relación con el presidente Donald Trump, especialmente con miras a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028 y Salt Lake City 2034. También tendrá que abordar el impacto climático de los Juegos y las normas sobre participantes transgénero, temas cada vez más relevantes en el ámbito deportivo.
Finalmente, Coventry podría dejar una huella indeleble si se concretan los Juegos Olímpicos de 2036 en África, solidificando su legado en el movimiento olímpico y abriendo nuevas oportunidades en el continente. Su elección es no solo un hito en la historia del COI, sino también un símbolo de progreso y diversidad en el deporte mundial.