La presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Ana Paola Hall, denunció que ha sido víctima de una escalada de ataques personales, campañas de desinformación y amenazas directas que incluso han puesto en riesgo la integridad de su familia.
Hall reveló que su hija recibió amenazas de muerte, situación que calificó como “inadmisible” y que refleja el nivel de tensión que rodea el proceso electoral hondureño.
En un mensaje público, Hall afirmó que durante años ha debido soportar rumores sobre supuestas afinidades políticas, chismes de pasillo y señalamientos infundados que buscan desacreditar su labor al frente del organismo electoral. Subrayó que su militancia en el Partido Liberal de Honduras no es un secreto, sino una convicción heredada “de familia, de cuna y de principios”, rechazando categóricamente cualquier insinuación de vínculos con otras fuerzas políticas.
La funcionaria también denunció que las campañas de desinformación se han intensificado en las últimas semanas, justo cuando el CNE avanza hacia la fase final del proceso electoral.
Según Hall, estos ataques buscan sembrar dudas sobre la transparencia institucional y generar inestabilidad en un momento crítico para el país.
Pese a los riesgos, Hall aseguró que el CNE continúa trabajando con “enormes esfuerzos” y bajo condiciones complejas que incluso podrían comprometer la libertad y seguridad de sus autoridades.
Sin embargo, reiteró que nada detendrá la culminación del proceso electoral y que la declaratoria oficial se emitirá “llueve, truene o relampaguee”, reafirmando su compromiso con la democracia hondureña.
Organizaciones civiles han expresado preocupación por el clima de hostilidad contra autoridades electorales, mientras analistas advierten que la desinformación y los ataques personales representan una amenaza directa para la confianza pública en el sistema electoral.