Con tortugas, búfalos y tigres de bengala en carnaval de Río

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Con tortugas, búfalos y tigres de bengala a escala gigante, las escuelas de samba de Rio de Janeiro iniciaron este lunes en su segunda noche de desfiles, en medio de un clima de algarabía por el regreso pleno de los festejos tras la pandemia.

La escuela Tuiutí, responsable por abrir la segunda jornada de espectáculos, trajo junto al ritmo frenético de la samba figuras gigantes de animales amazónicos y de la India a bordo de sus carrozas, en un homenaje al estado norteño de Pará y sus influencias. 

“Está siendo la mejor experiencia de mi vida”, dijo a la AFP la fisioterapeuta inglesa Bethany Robson, de 32 años, que viajó desde Melbourne, Australia, donde vive, para bailar en el Sambódromo.

Este año, los brasileños celebran con especial entusiasmo su fiesta favorita, después de que la pandemia del covid-19 forzara la anulación de la edición de 2021 y restringiera la de 2022, celebrada excepcionalmente en abril. 

“El carnaval es sobre resistencia, después de todo lo que Brasil ha pasado. Es increíble formar parte de esto”, dice Robson, que lleva un enorme sombrero con una cesta de mangas.

Muchos amantes del carnaval también festejan el fin del mandato del presidente ultraderechista Jair Bolsonaro, que recortó fondos para la cultura y menospreció esta fiesta popular.

Su sucesor, el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, ha prometido valorizar la clase artística del país, empezando por la restitución del Ministerio de Cultura, que había sido reducido a una secretaría de menor rango.  

– Escuela centenaria – 

En total, 12 “escolas” desfilan entre domingo y lunes: cada una con varios miles de personas que recorren al unísono los 700 metros de la pasarela del Sambódromo, incluidos decenas de turistas que pagan varios cientos de dólares para formar parte del delirio carnavalesco. 

Las agrupaciones tienen entre 60 y 70 minutos para seducir al jurado y obtener puntos en categorías como tema del desfile,  letra, percusión, trajes, carrozas y puesta en escena en general.

La segunda en entrar a la pista fue Portela, la escuela de samba en actividad más antigua de Rio, que está cumpliendo 100 años y lo celebra con un desfile sobre su propia historia. 

La popular agrupación maravilló al público con mucho esplendor, exhibiendo trajes de época de los años 1920 e imponentes carrozas en forma de águila, símbolo de la “escola”. 

La primera noche de desfiles ya había sido un baño de brillo, plumas y homenajes a baluartes de la samba como Zeca Pagodinho y Arlindo Cruz, así como al estado de Bahia y las raíces africanas que influenciaron el carnaval de Brasil.

La alcaldía de Rio estima que el carnaval atraerá en total a cinco millones de personas a la ciudad, incluido el callejero que volvió a celebrarse plenamente en los barrios de la ciudad por primera vez en tres años.

En términos económicos, esto supondrá 4.500 millones de reales (USD 880 millones), con una ocupación hotelera prevista superior al 95%.

Otras grandes ciudades como Salvador (Bahia, noreste) y Belo Horizonte (Minas Gerais, sudeste) también celebran su carnaval con millones de personas en las calles.

En el estado de Sao Paulo (sureste), la fiesta se vio ensombrecida por la tragedia: al menos 40 personas murieron el fin de semana y decenas continuaban desaparecidas tras fuertes lluvias en el litoral norte, que acoge a miles de visitantes durante estas fechas festivas.

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