Ana Paola Hall tira la toalla del CNE

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La consejera propietaria del Consejo Nacional Electoral (CNE), Ana Paola Hall, presentó su renuncia formal ante el Congreso Nacional, argumentando una ruptura irreconciliable con los principios democráticos y legales que rigen la institución.

En su carta de renuncia, Hall subraya que durante su gestión se dedicó con firmeza a defender la autonomía del órgano electoral, enfrentar presiones partidarias y mantener la legalidad del proceso democrático.

La crisis interna del CNE se agravó tras desacuerdos sobre la integración del pleno en medio de la falta de consenso sobre el sistema TREP.

La funcionaria liberal rechazó la opción —propuesta por el Partido Nacional— de sesionar con solo dos consejeras, calificándola de “ilegal y peligrosa para el proceso electoral”.

Su posición provocó una fuerte reacción política y mediática, incluyendo acusaciones de traición y ataques personales que afectaron incluso a su familia.

Hall denunció que se intentó obligarla a seguir instrucciones partidarias contrarias a la legalidad, y que al negarse recibió amenazas y violencia verbal por parte de figuras que hoy ostentan poder dentro de su partido.

Señaló que esta persecución culminó en riesgos a la integridad de su hija, factor decisivo para abandonar el cargo.

Pese a reafirmar su capacidad de seguir en funciones, Hall priorizó su rol como madre y lamentó el deterioro institucional, acusando una profunda falta de respeto y garantías personales dentro del CNE.

En su carta, solicita al Congreso aceptar su renuncia condicionada a la elección inmediata de un sustituto o sustituta liberal.

Finalmente, agradeció el respaldo recibido de ciudadanos, mujeres, colegas liberales y funcionarios electorales nacionales e internacionales. Concluyó afirmando que su único compromiso fue con la Constitución y la República, y que su renuncia dejará constancia pública de una lucha por el respeto institucional.