En el marco del Plan Solución Contra el Crimen, y como parte de las estrategias operativas que ejecuta la Dirección Policial Anti-Maras y Pandillas contra el Crimen Organizado (DIPAMPCO), se desarrolló en las últimas horas una operación especial en las colonias Las Ayestas y La Obrera, de Comayagüela.
Durante esta intervención, equipos de inteligencia e investigación de la DIPAMPCO lograron identificar y desmantelar una red de cámaras de vigilancia que habían sido estratégicamente instaladas y eran monitoreadas por estructuras criminales con presencia en la zona.
Según las investigaciones, estas cámaras formaban parte de un sistema clandestino utilizado para vigilar el movimiento de las autoridades, alertar sobre la presencia policial y proteger sus operaciones ilícitas, como la extorsión, el robo de vehículos y el tráfico de drogas.

Las cámaras estaban ubicadas en postes del tendido eléctrico y contaban con características tecnológicas avanzadas.
Algunas poseían sistemas de alimentación eléctrica independientes, lo que les permitía continuar funcionando incluso ante cortes de energía, y todas podían ser monitoreadas en tiempo real desde cualquier parte del mundo a través de dispositivos móviles, demostrando el nivel de sofisticación con el que operan estos grupos.
Las autoridades detallaron que estas cámaras fueron colocadas en puntos estratégicos para asegurar un monitoreo constante en zonas críticas, con el objetivo de anticiparse a posibles incursiones policiales.

Las colonias La Obrera, Las Ayestas, Los Profesores, Las Mercedes y áreas aledañas forman un corredor donde convergen distintas estructuras criminales que se disputan el control territorial.
Esta acción se suma a una serie de operativos que se vienen ejecutando a nivel nacional.
Hasta la fecha, ya se han desmantelado más de 40 sistemas similares en diferentes zonas del país, especialmente en Tegucigalpa y San Pedro Sula.

Todos estos sistemas habían sido instalados por organizaciones delictivas que buscaban mantener control visual sobre sus zonas de influencia.
El uso de tecnología de vigilancia por parte del crimen organizado evidencia la capacidad que han desarrollado estas estructuras para adaptarse y sofisticar sus métodos operativos.
Las investigaciones señalan que cuentan con personas con conocimientos especializados en electrónica y telecomunicaciones, quienes se encargan de instalar y mantener estos sistemas clandestinos.

Pese a estos avances delictivos, la Policía Nacional, a través de la DIPAMPCO, reafirma su compromiso de seguir fortaleciendo sus capacidades operativas e investigativas para contrarrestar estas amenazas.
Se continúa trabajando en la identificación, localización y captura de los responsables, y en la neutralización de todos los sistemas de vigilancia ilegales que atenten contra la seguridad ciudadana y el accionar institucional.