EL PROGRESO, Yoro. – La joven madre, Fátima Mejía, de solo 21 años, enfrenta el dolor indescriptible de perder a su segunda trilliza, quien falleció en el hospital Mario Catarino Rivas, de San Pedro Sula.
Las tres pequeñas nacieron hace dos semanas, llenando de esperanza y alegría el hogar de esta joven madre. No obstante, la felicidad se ha visto empañada por la tragedia, ya que dos de las trillizas han partido a la eternidad.
Fátima, originaria de El Progreso, se encuentra devastada por la pérdida. La madre, que había soñado con criar a sus tres hijas y formar una familia unida, ahora se enfrenta a un futuro incierto. “Es un dolor que no se puede describir”, expresó, mientras lágrimas caían por sus mejillas. “Solo me queda la esperanza de que la tercera, que aún está con nosotros, crezca sana y feliz”.
Las trillizas nacieron prematuramente, lo que presentó una serie de desafíos médicos desde su llegada al mundo. A pesar de los esfuerzos del equipo médico, la situación de las recién nacidas fue crítica desde el principio. La noticia del deceso de las dos trillizas ha conmovido a la comunidad de El Progreso, que se ha unido en apoyo a Fátima en estos momentos tan difíciles.
La madre ha recibido el cariño de amigos, familiares y vecinos, quienes ofrecieron su ayuda y solidaridad.
“Es increíble cómo una tragedia puede unir a las personas; todos estamos aquí para apoyarla”, comentó una vecina, visiblemente afectada por la situación.
A pesar del dolor, Fátima se aferra a la esperanza de que su tercera trilliza, la que aún vive, crecerá sana y salva. “Le voy a dar todo mi amor y cariño”, aseguró la joven madre, quien revela su determinación de ser una madre fuerte para su hija sobreviviente.
La historia de Fátima Mejía es un recordatorio del poder del amor y la resiliencia en tiempos de adversidad, y la comunidad de El Progreso seguirá apoyándola en este camino lleno de retos y esperanzas.