Una hondureña creyó haber escapado de su pasado delictivo. Durante meses, su vida en Olot, un pequeño municipio de la provincia de Girona, transcurrió con aparente normalidad.
Con trabajos esporádicos y una rutina discreta, se sentía tranquila, convencida de haber burlado a las autoridades. Sin embargo, los ecos de su pasado resonaban en Honduras, donde su banda, conocida como “El Mango”, había sido desmantelada por las fuerzas del orden.
El 28 de febrero de 2025, la caída de 18 miembros de esta organización en Honduras, incluidos dos policías, encendió las alarmas. La búsqueda de los fugitivos se intensificó y su nombre apareció en la lista de Interpol. Su suerte estaba echada.
La presión internacional no tardó en hacer efecto. Las autoridades hondureñas emitieron una orden de captura y compartieron información clave con sus homólogos en España. La mujer, pareja del líder de la organización criminal —quien permanece en paradero desconocido—, se confiaba en que su bajo perfil la mantendría fuera del radar.
No obstante, los agentes especializados en la localización de fugitivos la rastrearon y localizaron. La tranquilidad de su escondite en Olot se rompió con la llegada de la Policía Nacional española.
Con movimientos calculados, el Grupo de Localización de Fugitivos, en coordinación con la Brigada Provincial de Información de Girona, ejecutó la captura sin margen para el escape. Sorprendida, la hondureña no tuvo más opción que rendirse.

La operación, denominada ‘Malandro-Hispanitas’, se llevó a cabo el 19 de marzo de 2025, cuando los agentes rodearon su domicilio y la detuvieron sin que pudiera huir. La mujer, que hasta ese momento había permanecido en silencio, comprendió que su tiempo de anonimato había llegado a su fin.
Las autoridades hondureñas la acusan de formar parte de una organización criminal dedicada a asaltos violentos, robos y hurtos. Aunque su rol exacto dentro de la estructura no se ha revelado del todo, su cercanía con el cabecilla del grupo la convierte en una pieza clave de la red de “El Mango”.
Fiscales contra el microtráfico de drogas y agentes del Centro Antipandillas Transnacional (CAT), adscrito a la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC) en Honduras, han documentado nueve eventos delictivos, siendo el más relevante el robo planeado contra una empresa de lotería electrónica en Danlí y el secuestro de un testigo protegido en el local, ocurrido el 13 de junio de 2022.
Con la captura de la hondureña, las autoridades en Honduras buscan cerrar el círculo y desmantelar completamente la banda que ha sembrado el terror en múltiples comunidades. Mientras tanto, la mujer enfrenta un proceso en la Audiencia Nacional en España, donde se determinará su futuro. La extradición es una posibilidad latente, y si las autoridades hondureñas logran su repatriación, podría enfrentarse a una larga condena.
En total, se han capturado a dos policías activos y a 15 integrantes más de la estructura de “El Mango”, vinculados a una serie de robos violentos, secuestros y tentativas de asesinato. El líder de la banda sigue prófugo, y las autoridades están tras su pista. La detención de su pareja podría ser el golpe definitivo para localizarlo.
Mientras tanto, la fugitiva hondureña aguarda su destino en una celda española, consciente de que su intento de desaparecer se ha convertido en un nuevo capítulo de cooperación internacional contra el crimen. Su historia es la de una huida fallida que culmina con la justicia llamando a su puerta, asegurando varios meses en prisión.