Desde diciembre de 2022, más de 300,000 hogares hondureños han sido víctimas de extorsión, según la Asociación para una Sociedad Más Justa (ASJ).
Las tasas de homicidios siguen siendo las más altas de Centroamérica, y las denuncias por abusos a los derechos humanos contra fuerzas de seguridad no dejan de crecer.
Lo que empezó como una estrategia temporal para “recuperar el control del país”, mediante decretos de excepción, se ha convertido en una práctica normalísima.

Desde su implementación, el gobierno ha emitido 21 declaratorias consecutivas sin cumplir requisitos constitucionales, como la ratificación del Congreso.
Hoy, 91 % de la población vive en municipios bajo estado de excepción, incluyendo 223 de los 298 municipios, en medio de una inseguridad persistente.
El informe de la ASJ revela que, en 2024, el porcentaje de hogares afectados por extorsión aumentó del 9 % en 2022 al 11.6 %, afectando a más de 304,000 familias. A pesar de las denuncias oficiales que señalan una reducción, la realidad oculta un aumento en la desconfianza. Muchas víctimas prefieren no denunciar por temor o desesperanza.

El Distrito Central encabeza las denuncias, seguido de San Pedro Sula, Choloma, La Ceiba y Valle de Ángeles, una zona turística en riesgo. La Ceiba, en particular, tiene la tasa más alta a nivel nacional por extorsión.
En materia de homicidios, Honduras aún lidera en violencia en Centroamérica, con el Distrito Central como epicentro.
Aunque las cifras muestran una ligera mejora, el país permanece casi 10 puntos por encima de Guatemala, con municipios pequeños como Ilama y Gualala también en alerta.

El informe denuncia un enfoque estratégico ineficaz y una política reactiva, con muchas zonas en estado de excepción que presentan baja criminalidad y otras en las que la violencia persiste sin control.
Además, la impunidad sigue siendo alarmante: en 2024, el 90 % de los delitos no se judicializan, y solo uno de cada diez homicidios termina en sentencia.
La solución, señala la ASJ, está en un sistema judicial fuerte, coordinado e independiente, no solo en más operativos policiales.