El diputado del Partido Libertad y Refundación (Libre), Jorge Cálix, negó que sea el jefe de la Bancada Independiente a lo interno de su agrupación política y reconoce a Rafael Sarmiento, con el titular de la instancia partidaria en el Legislativo.
Agregó que no se han reunido con nadie para una salida de su partido “y que reconocemos como jefe de bancada de Libre en el Congreso Nacional a Rafael Sarmiento”.
“Pero yo firmé un convenio con el expresidente Manuel Zelaya y lo estamos cumpliendo”, aseveró Cálix.
Sin embargo, justificó que han sostenido pláticas con algunos diputados de Libre porque tienen preocupaciones, “pero nuestro objetivo sigue siendo apoyar a las bases de Libre”.
“Nosotros no nos estamos yendo de Libre pero estamos buscando la forma de cómo apoyar las iniciativas de la presidenta Castro y que le vaya bien en su gobierno”.
Sobre los argumentos que la revuelta de su persona y otros diputados que le siguen no es más que una presión para que los consideren en la elección de los nuevos magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), dijo que todavía no hay una votación para determinar por quienes votará y descartó buscar un cargo en el Poder Judicial.
Recalcó que seguirán todos los lineamientos de la presidenta, Xiomara Castro, e insistió y descartó la creación de una “bancadita” a lo interno del oficialismo de la bancada de Libre.
Cálix reiteró que es falso y que en ningún momento se han reunido con sus compañeros para discutir su salida de Libertad y Refundación.
“No nos hemos sentado para tratar nuestro retiro de Libre, porque nosotros somos diputados de Libre y no nos estamos moviendo para ningún lado, porque vamos a seguir los lineamientos establecidos en el plan de gobierno y vamos a apoyarlos todos”, enfatizó.
Cálix recordó que durante todo este tiempo ha apoyado la línea de partido, “pero que pensar diferente y tener puntos de vista distintos no es un pecado”.
“Pero nos preocupa el trato de ministros a la dirigencia y esa objeción no tiene nada que ver con el asunto del Congreso Nacional, pues muchos miembros de base anduvieron casi una década en las calles aguantando gas”.
“Esas cosas no nos gustan, pero también entendemos que la cosa heredada por el Partido Nacional no es fácil”, justificó.