Mediante sus redes sociales, el vicecanciller de relaciones exteriores, Tony García, aclaró que no se está en contra de las deportaciones individuales basadas en ley, sino en contra de las deportaciones masivas.
«Las deportaciones masivas es otro tema y violan el derecho internacional cuando se expulsan a personas en necesidad de protección internacional», expresó el vicecanciller.
Como vicecanciller en Asuntos Consulares y Migratorios informa a la opinión pública y a detractores, que no estamos en contra de deportaciones individuales, basadas en ley y siguiendo el debido proceso del Estado que deporta y en coordinación con el Estado receptor.
De hecho, de esa manera y luego de haber verificación la nacionalidad hondureña, hemos recibido desde el 2015 más de medio millón de deportados que tradicionalmente les llamamos «retornados».
Y continuaremos recibiendo 10 vuelos semanales conforme a los acuerdos existentes entre EEUU y Honduras.
Las deportaciones masivas es otro tema y violan el derecho internacional cuando se expulsan a personas en necesidad de protección internacional, cuando son expulsiones colectivas, cuando son discriminatorias, cuando se separan a las familias, cuando hay violaciones de derechos humanos, cuando no se sigue el debido proceso y, finalmente, cuando se hacen sin el acuerdo y verificación de nacionalidad del Estado receptor.
La presidenta @XiomaraCastroZa lo anterior ha agregado que es una seria y legítima preocupación y en el interés nacional y ha llevado el tema a la escala más alta abordando el tema de la base militar que inversamente vendría a ser para EEUU en su interés nacional no perderla.
Esto se llama negociación entre 2 Estados, esto quiere decir sentémonos y busquemos una salida amigable y constructiva, esto quiere decir que defendemos a la diáspora como ningún gobierno lo ha hecho antes.
En el mismo anuncio, la presidenta invitó a EE. UU. a ser un socio del proyecto de infraestructura más grande en la historia de Honduras: el canal interoceánico.
En cualquier país el planteamiento de la presidenta sería una bandera de unidad nacional y de lucha, pero tristemente aquí nos atacan y prefieren defender una base militar que 1.5 millones de hondureños.
Lo llaman «amenaza» pero también se le puede llamar llamado a la reflexión, advertencia, hablemos como amigos. En la reunión de México de mediados de enero los países de la región compartiremos visiones y veremos cómo enfrentar la amenaza de deportaciones masivas».