Honduras requiere de apoyo internacional para atender las causas de la migración irregular y del desplazamiento forzado, como la pobreza y la violencia, dos de los principales problemas que aquejan al país, según la representante de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) en Tegucigalpa, Kathryn Lo.
“Los países de origen tienen la responsabilidad y deben trabajar en mejorar las condiciones para que todas las personas puedan vivir una vida segura y digna, pero es muy complicado (atender) las causas estructurales (de la migración), entonces esto requiere un nivel de colaboración y cooperación internacional”, indicó Lo en una entrevista en Tegucigalpa.
El desempleo, la inseguridad, la falta de acceso a servicios de educación y salud, son algunas de las razones que obligan cada año a miles de hondureños, incluidos menores de edad no acompañados, a huir de su país, principalmente hacia Estados Unidos, según organismos de derechos humanos.
Las personas salen de sus países por “múltiples causas, muchas veces se combinan problemas que denominamos mixtos (movimientos masivos de personas que buscan un mejor estar), con personas que no han podido quedarse en su lugar de origen (refugiados)”, explicó Lo.
Al menos 56.172 hondureños, muchos de ellos menores de edad no acompañados, fueron deportados a su país en 2023, un 40,4 % menos con relación a 2022, según cifras del Instituto Nacional de Migración (INM) de Honduras.
Desde octubre de 2018 han salido de Honduras varias caravanas con miles de personas, la mayoría hondureños, con el propósito de llegar a Estados Unidos.
Desplazamiento forzado y sus múltiples causas
La crisis climática en Honduras es un “factor adicional” que puede desencadenar desplazamientos forzados y aumentar los riesgos para las comunidades afectadas, especialmente las controladas por grupos delictivos organizados, precisó Lo.
Muchas de esas comunidades no solo sufren violencia, fenómeno que en Honduras deja un promedio de entre diez y quince muertes diarias, sino también carecen de servicios básicos como agua, saneamiento y energía, lo que agrava aún más la situación cuando ocurren desastres naturales, según la funcionaria de Acnur.
“Las personas más vulnerables, que ya están enfrentando violación de derechos humanos, violencia o persecución, normalmente viven en comunidades que también tienen un impacto grande por el cambio climático”, subrayó.
El desplazamiento forzado de hondureños está vinculado a “múltiples causas”, principalmente asociadas a la violencia generalizada y las violaciones de los derechos humanos, precisó la representante de Acnur.
El Parlamento hondureño aprobó en 2022 una ley para proteger a los desplazados por la violencia en el país, lo que según organismos de derechos humanos es un “gran paso” para buscar soluciones duraderas frente al fenómeno.
Una ley para dar protección y respuestas a desplazados
Lo indicó que la Ley de Prevención, Atención y Protección de las Personas Desplazadas Internamente por la Violencia plantea “dar protección y respuesta” a las personas que se ven obligadas a salir de sus hogares.
La normativa contempla, entre otras medidas, analizar y abordar las causas estructurales del desplazamiento forzado, y dar respuesta a las personas forzadas a abandonar su hogar, enfatizó Lo.
De acuerdo al último estudio presentado en 2019, unas 247.000 personas tuvieron que dejar su hogar de residencia y buscar protección en otra parte del país por razones vinculadas a la violencia causada por grupos armados, pandillas o maras entre 2014 y 2018.
En opinión de Lo, la ley contribuirá además a que las personas desplazadas puedan “recuperar sus vidas, sus medios de vida en un lugar donde puedan estar más estable, seguro y digno”. Las organizaciones hondureñas están realizando “un trabajo muy complejo” pero el país centroamericano requiere de “cooperación internacional” para prevenir y atender el desplazamiento forzado, un fenómeno que Honduras reconoció en 2013, acotó.