El ministro de Educación, Daniel Sponda, anunció la suspensión de clases presenciales durante 48 horas en los departamentos de Francisco Morazán, La Paz, Intibucá y Lempira, debido a las condiciones climáticas adversas provocadas por una vaguada y un sistema de baja presión que afecta gran parte del país.
La medida aplica para lunes 13 y martes 14 de octubre, y busca salvaguardar la integridad física de estudiantes, docentes y personal administrativo.
“Los departamentos que tienen suspensión de clases son los que están en alerta roja, incluyendo el municipio del Distrito Central. Hacemos un llamado a nuestros compañeros, sobre todo en zonas con alerta amarilla, para que tomen las medidas pertinentes”, expresó Sponda en entrevista con Hoy Mismo.
El ministro también pidió a los padres de familia que, si sus hijos deben cruzar ríos, quebradas o zonas de inundación para asistir a clases, no los envíen a los centros educativos, con el fin de evitar tragedias.
“Lo principal es proteger la vida. La educación puede esperar, pero la seguridad no”, enfatizó.
La Secretaría de Educación se mantiene en coordinación con Copeco y el Centro de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos (Cenaos) para monitorear el desarrollo del fenómeno climático.
Si las lluvias se intensifican, la suspensión podría extenderse a otros departamentos como El Paraíso, Choluteca, Valle, Comayagua y Ocotepeque, que actualmente están bajo alerta amarilla.
Además de las clases, se evalúa la suspensión de actividades extracurriculares y eventos escolares en zonas vulnerables.
Las autoridades educativas han instruido a los directores departamentales y municipales a realizar evaluaciones locales para tomar decisiones oportunas.
Las lluvias ya han provocado inundaciones, deslizamientos y daños en carreteras, especialmente en zonas rurales y montañosas.
La población está llamada a seguir las recomendaciones oficiales y mantenerse informada a través de los canales institucionales.
Esta decisión refleja el compromiso del gobierno con la protección de la comunidad educativa, en un contexto donde el cambio climático exige respuestas rápidas y responsables.