El Servicio Nacional de Sanidad e Inocuidad Agroalimentaria (Senasa) de Honduras alertó sobre la alarmante presencia del gusano barrenador en el país, enfermedad conocida como miasis cutánea, que afecta a animales de distintas especies y que, hasta la semana epidemiológica 26 (del 22 al 28 de junio), enferma a un total de 1,984 animales desde que se detectó el primer caso en septiembre de 2024.
El informe, basado en las cifras oficiales, revela que en las últimas semanas se reportaron 93 nuevos casos, en su mayoría en ganado vacuno —aunque también se han registrado casos en cerdos, caballos, perros y otros animales domésticos y de producción. La proliferación de esta plaga representa una seria amenaza para la salud animal y, por consiguiente, para la economía rural y la seguridad alimentaria del país.

El gusano barrenador, cuya larva se desarrolla en heridas abiertas en la piel, ha expandido su presencia en los 18 departamentos de Honduras, con focos críticos en Choluteca, Olancho, El Paraíso, Yoro y Colón. Según el informe, Choluteca es el departamento más afectado, con 404 casos acumulados, seguido por Olancho, con 354 animales afectados hasta finales de junio.
Los municipios que representan mayores focos de infección son Trojes y Danlí, en El Paraíso, con 137 y 134 casos respectivamente, y Catacamas y Patuca en Olancho, que reportan 123 y 104 casos. La expansión del insecto ha sido constante, dejando sus huevos en diferentes áreas del territorio nacional, afectando tanto zonas rurales como periurbanas.
IMPACTO EN LA ECONOMÍA

El gusano barrenador, conocido científicamente como Cochliomyia hominivorax, causa lesiones graves en los animales y puede derivar en infecciones secundarias, pérdida de peso, debilitamiento y, en casos severos, la muerte del animal. Esto representa una pérdida significativa para los productores locales, con afectaciones directas en la producción ganadera y en la economía familiar de muchas comunidades.
Además, la presencia de esta plaga aumenta los riesgos de transmisión de otras enfermedades zoonóticas, por lo que las autoridades insisten en la necesidad de implementar medidas preventivas y de control, como la higiene adecuada, el manejo correcto de heridas y la aplicación de insecticidas específicos.
Desde el gobierno, se ha instado a los productores y propietarios de animales a mantener una vigilancia constante en sus rebaños, reportando cualquier signo de infección a las autoridades sanitarias. También se recomienda realizar campañas de sensibilización y educación sobre prácticas de bioseguridad y el manejo de heridas.

El SENASA, en coordinación con otros organismos de salud animal, ha intensificado las acciones de vacunación y control, además de promover campañas de desinsectación en áreas críticas. Sin embargo, especialistas advierten que la lucha contra esta enfermedad requiere un esfuerzo conjunto y sostenido, dado su carácter epidémico y la expansión geográfica.
La aparición y crecimiento del gusano barrenador en Honduras evidencia la necesidad de fortalecer la vigilancia epidemiológica y la capacidad de respuesta del sistema sanitario veterinario. Las condiciones climáticas favorables, como las altas temperaturas y la humedad en varias regiones del país, contribuyen a la proliferación del insecto.
Expertos en salud animal advierten que, si no se controlan a tiempo, los focos de infección podrían aumentar, afectando aún más a los sectores productivos y generando pérdidas económicas significativas. Por ello, hacen un llamado urgente a reforzar las acciones de prevención y aplicar las tecnologías disponibles para proteger al ganado y a la fauna doméstica.