SANTA CRUZ DE YOJOA, Cortés – Pedro Jacob Gutiérrez, un adolescente de 15 años, perdió la vida este jueves tras ser mordido por una serpiente barba amarilla (Bothrops asper), una de las especies más venenosas de Centroamérica.
El incidente ocurrió mientras el joven trabajaba en labores agrícolas en la comunidad de San Pablo, al norte de Honduras.
Según reportes locales, tras el ataque, su madre lo llevó inicialmente a un curandero en busca de ayuda. Al no observar mejoría, decidió trasladarlo al hospital Mario Catarino Rivas en San Pedro Sula.
Sin embargo, el menor falleció en el trayecto, cerca del Monumento a la Madre. Un video difundido en redes sociales muestra los momentos posteriores al ataque, mientras familiares intentaban aplicarle un antídoto sin éxito.
La serpiente barba amarilla, también conocida como terciopelo, habita en zonas húmedas, cafetales y áreas montañosas. Es responsable de la mayoría de mordeduras graves en Honduras.

Su veneno puede causar dolor intenso, necrosis, hemorragias internas y la muerte si no se recibe atención médica inmediata.
Expertos en toxicología advierten que el suero antiofídico debe aplicarse en las primeras horas tras la mordedura.
Las autoridades sanitarias recomiendan evitar el uso de remedios caseros, torniquetes o succión de la herida, y acudir de inmediato a un centro hospitalario.
La tragedia genera llamados urgentes para mejorar el acceso a antídotos en comunidades rurales, donde los centros de salud carecen de insumos básicos. Organizaciones como Cruz Verde y Médicos Sin Fronteras han reiterado la necesidad de fortalecer la red de atención en zonas agrícolas, donde el riesgo de encuentros con serpientes es alto.
La muerte de Pedro Jacob Gutiérrez deja al descubierto la vulnerabilidad de cientos de familias rurales ante emergencias médicas y la urgencia de reforzar la educación preventiva en zonas de alto riesgo.