Una multitud de israelíes protestó en Tel Aviv y otras ciudades del país, por 23ª semana consecutiva, en rechazo a la reforma judicial impulsada por el gobierno del primer ministro conservador, Benjamín Netanyahu.
Las nuevas manifestaciones se producen apenas unos días después de que los dos principales jefes de la oposición, Yair Lapid y Benny Gantz, suspendieran su participación en las negociaciones que buscan un entendimiento sobre la reforma que divide al país.
Netanyahu anunció el 27 de marzo una “pausa” para dar una “oportunidad […] al diálogo”, pero la movilización contra la reforma, considerada antidemocrática por sus detractores, sigue siendo fuerte.
El Ejecutivo estima que la reforma judicial servirá para equilibrar el poder entre el Parlamento y la Corte Suprema, tachada de politizada por la actual coalición gubernamental, la más derechista de la historia de Israel.
Pero los opositores consideran que la reforma podría empujar al país hacia un modelo iliberal o autoritario.
En la ciudad de Petah Tikvah (centro), una abogada que se identificó como Neria declaró que temía que la coalición gobernante reanudara su reforma de manera unilateral tras la suspensión de las negociaciones.
“El gobierno no dice que vaya a parar la reforma, y queremos que entienda que seguimos aquí, y que si propone una reforma que consideramos mala para la democracia, aquí estamos y nos opondremos”, dijo.