Un “financista” del movimiento islamista proiraní Hezbolá, detenido en Estados Unidos desde 2023, se declaró culpable de haber evadido las sanciones financieras que desde 2018 pesaban en su contra para enviar dinero a esa organización, catalogada por Washington como “terrorista”.
Mohammad Ibrahim Bazzi, con las nacionalidades libanesa, británica y belga, aceptó su responsabilidad en “conspirar para incitar” a ciudadanos estadounidenses “a hacer transacciones ilegales con una persona calificada como terrorista internacional”, indicó en un comunicado la fiscalía federal de Brooklyn, en Nueva York.
Su condena será anunciada posteriormente, pero Bazzi, de 60 años, podría enfrentarse a una pena de hasta 20 años de cárcel.
Bazzi, considerado desde 2018 por las autoridades estadounidense como un “terrorista internacional”, “aceptó su responsabilidad por su papel en un complot para traficar cientos de miles de dólares de Estados Unidos al Líbano”, según el fiscal federal Breon Peace.
Unos “828.528 dólares”, según una fuente judicial, circularon a ese país de Oriente Medio en “violación de sanciones tomadas en contra él (Bazzi) por haber ayudado a la organización terrorista Hezbolá”, detalló el fiscal.
La investigación implicó a varios organismos de control estadounidenses y a Rumania, desde donde fue extraditado hacia Estados Unidos en febrero de 2023.
“Bazzi es un financista central del Hezbolá, que le entregó millones de dólares en los últimos años gracias a sus negocios en Bélgica, Líbano, Irak y en toda África del oeste”, indicó a fiscalía.
Según la pesquisa, Bazzi en complicidad con otra persona identificada como Talal Chahine, que habría huido al Líbano, blanquearon sus transacciones mediante compras y préstamos ficticios de, por ejemplo, equipamientos a un restaurante chino y un crédito familiar en Kuwait.