Ucrania busca adhesión a la ONU

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El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, expresó su esperanza de alcanzar el “mejor resultado posible” de la próxima cumbre de la OTAN, en la que espera una señal de que su país podrá un día unirse a la alianza.

Tras reunirse con su colega polaco Andrzej Duda, Zelenski, indicó que ambos habían acordado “trabajar juntos para obtener el mejor resultado posible para Ucrania” en la próxima cumbre de la OTAN, que tendrá lugar el 11 y 12 de julio en Vilna (Lituania).

“Juntos somos más fuertes”, afirmó Duda en las redes sociales durante una visita a la ciudad de Lutsk, en el oeste de Ucrania, junto a Zelenski.

Polonia es uno de los principales apoyos de Ucrania en la OTAN, la alianza militar a la que Kiev quiere sumarse.

Zelenski aclaró que no espera la incorporación de Ucrania a la OTAN antes de que termine la guerra con Rusia, pero confía en que la cumbre brinde una “señal clara” de la intención de llevar a Kiev a la alianza.

Al respecto, el presidente estadounidense Joe Biden declaró en Londres, donde llegó el domingo camino a la cumbre, que espera que la alianza “trace un camino racional para que Ucrania pueda calificar para ingresar a la OTAN”

Biden dijo a CNN que “no creo que tengamos unanimidad en la OTAN para hacer ingresar o no a Ucrania (…) en medio de una guerra”.

“Estaríamos en guerra con Rusia si ese fuera el caso”, agregó Biden.

Zelenski regresó el sábado de Turquía, tras una breve gira por Europa del Este para recabar apoyos antes de la cumbre de la alianza militar.

El mandatario ucraniano aplaudió el “coraje” de su pueblo en un video difundido el sábado, cuando se cumplían 500 días del inicio de la guerra. 

Su declaración fue grabada en la Isla de las Serpientes, en el mar Negro, un territorio que simboliza la resistencia frente a Moscú.

Regimiento Azov

El mandatario iba acompañado de altos mandos del regimiento Azov, que debían permanecer en Turquía hasta el final del conflicto en aplicación de un acuerdo diplomático entre Moscú y Kiev.

El Kremlin fustigó su repatriación, una “violación directa” del pacto, según el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov. 

Los combatientes del regimiento son celebrados como héroes en Ucrania por su resistencia en la acería Azovstal durante el sitio de la ciudad de Mariúpol (sur) y denostados en Rusia por sus vínculos con el ultranacionalismo ucraniano.

Uno de los combatientes de ese batallón, Denys Prokopenko, citado por la agencia de noticias Interfax-Ucrania, declaró que iba a volver al frente. 

Peskov vinculó el regreso de los miembros del regimiento al “fracaso de la contraofensiva” ucraniana lanzada en junio, pero también al deseo de Ankara de mostrar su “solidaridad” de cara a la próxima cumbre de la OTAN.

Biden espera también que Turquía desista de su objeción al ingreso de Suecia a la OTAN.

En una conversción telefónica el domingo con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, Biden “transmitió su deseo de recibir a Suecia en la OTAN lo antes posible”, indicó la Casa Blanca.

El despacho de Erdogan informó que el presidente sostendrá una bilateral con Biden durante la cumbre de Vilna.

– Bombas de racimo –

Aunque no obtuvo un proceso acelerado para integrar la OTAN, Ucrania sí obtuvo de Estados Unidos la promesa de bombas racimo, un arma muy polémica que, según Zelenski, es un “indispensable programa de ayuda”.

Estas armas, prohibidas en muchos países, matan indiscriminadamente al dispersar pequeñas cargas explosivas antes o después del impacto, y pueden causar numerosas víctimas civiles colaterales.

Biden admitió que fue una “decisión muy difícil” pero que era “lo correcto”.

El anuncio puso en apuros a los países europeos, muchos de los cuales han firmado la Convención de Oslo de 2008, que prohíbe su uso. 

El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, pidió el domingo no “bloquear” a Estados Unidos en su entrega de armamento, a la vez que defendió la oposición de su país a las bombas de racimo.

El primer ministro de Camboya, Hun Sen, recordó la “experiencia dolorosa” de su país, golpeado por Estados Unidos en la década de 1970. 

“Sería el mayor peligro para los ucranianos durante muchos años”, tuiteó. Su país cuenta con miles de mutilados o muertos debido a estas bombas.

Rusia denunció esta decisión y dijo que era una “muestra de debilidad” ante el “fracaso” de la contraofensiva ucraniana. 

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