Ucrania denunció la incursión de varios drones de reconocimiento en su espacio aéreo, señalando que “probablemente” eran de origen húngaro.
El presidente Volodímir Zelenski afirmó que los aparatos no tripulados habrían sobrevolado zonas fronterizas con fines de espionaje industrial, aunque no precisó fechas ni ubicaciones exactas.
“Las fuerzas ucranianas registraron violaciones de nuestro espacio aéreo por drones de reconocimiento, que probablemente sean húngaros”, declaró Zelenski en X, tras reunirse con el comandante en jefe del Ejército, Oleksandr Sirski.
La respuesta desde Budapest fue inmediata y contundente. El ministro de Relaciones Exteriores, Péter Szijjártó, calificó la acusación como “una fantasía antihúngara” y acusó a Zelenski de “ver fantasmas”. “Está perdiendo la cabeza por su obsesión antihúngara”, escribió en Facebook.
Este nuevo episodio se suma a una escalada de tensiones entre ambos países. Horas antes, Kiev prohibió la entrada a tres oficiales húngaros de alto rango, en represalia por el veto de Budapest a tres militares ucranianos, acusados de estar implicados en la muerte de un ciudadano húngaro durante un reclutamiento forzoso.
Hungría, liderada por el primer ministro Viktor Orbán, ha sido el país más crítico de la Unión Europea respecto a Ucrania. Desde el inicio de la invasión rusa en 2022, Budapest ha bloqueado paquetes de ayuda militar y vetado iniciativas europeas que favorecen la adhesión de Ucrania al bloque comunitario.
En paralelo, Bruselas impulsa la creación de un “muro de drones” para proteger el espacio aéreo de los países del flanco oriental de la UE, ante el aumento de incursiones no autorizadas, tanto rusas como ahora presuntamente húngaras.
La denuncia ucraniana podría tensar aún más las relaciones diplomáticas en una región marcada por la guerra, el espionaje y la fragilidad de las alianzas.