El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, reiteró el viernes en Estambul un apoyo inequívoco a su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski, que se garantizó por otro lado el suministro de las controvertidas bombas de racimo de Estados Unidos.
Erdogan, que recibía a Zelenski por primera vez en su país desde el inicio de la invasión rusa a fines de febrero de 2022, estimó que Ucrania “merece” entrar en la OTAN, en la antesala de una importante cumbre de la alianza militar atlántica, el 11 y 12 de julio en Lituania.
Erdogan también anunció que el presidente ruso, Vladimir Putin, visitará Turquía “el próximo mes” y animó a los dos países en guerra a “volver a las negociaciones de paz”.
El gobernante ucraniano cerró en Turquía una pequeña gira que lo llevó a Bulgaria, República Checa y Eslovaquia para presionar por el acceso de su país a la OTAN y por un refuerzo de la ayuda militar en este conflicto que el sábado cumple 500 días.
En este sentido, Estados Unidos se comprometió a suministrar a Kiev bombas de racimo, un armamento prohibido en gran parte del mundo que explota en el aire dispersando una gran cantidad de submuniciones sobre una zona extensa.
“Una ayuda militar indispensable, vasta y oportuna”, dijo el viernes en redes sociales Zelenski, que agradeció a Washington adoptar “medidas decisivas” para “acercar” a su país “a la paz”.
Según el presidente ucraniano, la lentitud en el suministro de armas ha retrasado su contraofensiva lanzada en junio y ha dado tiempo a Rusia a reforzar sus defensas en las zonas ocupadas.
“Fue una decisión difícil”, admitió el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, alegando que existe “un riesgo masivo de daño a los civiles si las tropas rusas […] toman más territorio ucraniano”.
Es “lo correcto”, agregó Sullivan, quien subrayó que Kiev garantizó “por escrito” que minimizarán “los riesgos que suponen para los civiles”.
Periodistas de la AFP en el terreno han comprobado que estas bombas ya han sido usadas por ambos bandos, a pesar de que organizaciones de derechos humanos condenan su empleo y aseguran que pueden quedar artefactos sin detonar que amenazan a los civiles.
Por el contrario, Estados Unidos echó un jarro de agua fría a las aspiraciones de Kiev de entrar en la OTAN y descartó su incorporación durante la cumbre del grupo la próxima semana en Vilna, la capital lituana.
Ucrania “todavía tiene que dar más pasos antes de la adhesión”, dijo Sullivan.
– Acuerdo sobre cereales –
Por primera vez desde el pasado verano boreal, Zelenski mantuvo en Estambul una larga conversación con el presidente turco, que mantiene comunicaciones fluidas tanto con Kiev como con Moscú.
Los dos presidentes abordaron el incierto futuro del acuerdo de exportación de cereales ucranianos a través del mar Negro que permitió contener la escalada de precios alimentarios en el mundo.
El acuerdo, cerrado en julio de 2022 bajo el auspicio de la ONU y Turquía, expira el 17 de julio y Rusia declaró que no veía ningún motivo para prolongarlo.
“Esperamos que el acuerdo sea extendido”, dijo Erdogan, que hablará de este asunto con Putin en su reunión en agosto.
Zelenski señaló que muchas personas en el mundo cuentan con alimentos transportados por este corredor para poder alimentarse. “Estas vidas no pueden depender del humor del presidente de la Federación Rusa”, afirmó.
El Kremlin aseguró que iba a seguir “muy de cerca” la reunión en Estambul, dijo su portavoz Dmitri Peskov, quien prometió mantener “una asociación constructiva con Ankara” y agradeció el “papel de mediador” de Erdogan.
Según los analistas, Zelenski iba a aprovechar el encuentro para intentar convencer a su interlocutor turco de aceptar la adhesión de Suecia a la OTAN, pero esta cuestión no fue tratada ante la prensa.
El viernes, Erdogan sostuvo que tomará “la mejor decisión” sobre la incorporación de Suecia, que Turquía bloquea desde mayo de 2022 acusando a Estocolmo de laxitud con los grupos kurdos a los cuales Turquía considera terroristas.
– “Avanza” inspección del OIEA en Zaporiyia –
Por otro lado, el director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), el argentino Rafael Grossi, indicó que se está “avanzando” en la inspección de varias zonas de la central nuclear de Zaporiyia, en el sur de Ucrania, controlada por tropas rusas.
Los funcionarios del OIEA visitaron varios lugares, como las piscinas de refrigeración, pero aún no fueron autorizados a controlar la azotea, donde Ucrania sospecha que los ocupantes rusos colocaron artefactos explosivos, indicó el jefe del organismo de control nuclear de la ONU.
Con todo, Grossi se manifestó “más bien convencido” de que obtendrán la autorización.
La planta, en manos de los rusos desde marzo de 2022, es la mayor de Europa y ha sido blanco de blanco de disparos y de cortes de electricidad en varias ocasiones, una situación inestable que hace temer un gran accidente nuclear.