Trump se reivindica: presume “cambios históricos” y culpa a Biden del caos migratorio

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El presidente de Estados Unidos dedicó su intervención a presentar un balance de sus primeros 11 meses de regreso a la Oficina Oval, un mensaje cargado de autoelogios, comparaciones históricas y fuertes críticas a la Administración anterior.

“Nuestro país era motivo de burla en todo el mundo, pero ya no se ríen. En los últimos 11 meses hemos logrado más cambios positivos en Washington que cualquier Administración en la historia de Estados Unidos. Nunca ha habido nada igual”, afirmó el mandatario, insistiendo en que su gestión ha marcado un giro radical en materia migratoria, económica y de seguridad nacional.

Durante su discurso, el presidente acusó al Gobierno del expresidente Joe Biden de haber “inundado” ciudades y pueblos con migrantes irregulares y de haber liberado a delincuentes violentos que, según él, pusieron en riesgo a personas inocentes.

Estas declaraciones se alinean con los mensajes que ha repetido en sus recientes apariciones públicas, donde ha asegurado que su Administración ha logrado cerrar la frontera sur y detener el ingreso de inmigrantes irregulares, afirmación que también destacó en un mensaje a la nación en diciembre, cuando sostuvo que en siete meses “no se registra el ingreso de ningún inmigrante ilegal”.

El mandatario también aprovechó para contrastar su gestión con la de Biden en materia económica, asegurando que el país “ha pasado de lo peor a lo mejor” gracias a sus políticas, especialmente las deportaciones y el endurecimiento de los controles fronterizos, que calificó como “los mayores cambios positivos en la historia del país”. Sin embargo, medios estadounidenses han señalado que el presidente ha exagerado algunos de estos logros, particularmente en el ámbito económico, donde los sondeos muestran niveles de aprobación más bajos debido al alto costo de vida.

A pesar de las críticas y la retórica confrontativa, el discurso buscó reforzar la idea de que su Administración ha devuelto el orden, la seguridad y el respeto internacional a Estados Unidos. Con este balance, el presidente intenta consolidar su narrativa de eficiencia y recuperación nacional, mientras continúa responsabilizando a la Administración anterior por los desafíos que aún enfrenta el país.