MANILA, Filipinas. — El tifón Kalmaegi, conocido localmente como “Tino”, ha dejado un saldo devastador en Filipinas: al menos 40 personas fallecidas, más de 400,000 desplazadas y comunidades enteras anegadas por las intensas lluvias e inundaciones que azotaron el centro del archipiélago.
El Consejo Nacional de Reducción del Riesgo y Gestión de Desastres (NDRRMC) confirmó que la mayoría de las víctimas mortales se registraron en la provincia de Cebú, donde pueblos enteros quedaron bajo el agua.
La isla fue declarada en estado de calamidad tras recibir más de 180 milímetros de lluvia en menos de 24 horas, superando ampliamente el promedio mensual.
Kalmaegi tocó tierra el martes con vientos sostenidos de 130 km/h y ráfagas de hasta 180 km/h, afectando severamente las regiones de Visayas y el norte de Mindanao. Las autoridades evacuaron a decenas de miles de personas, muchas de ellas alojadas en centros de emergencia improvisados en escuelas y gimnasios.

Videos difundidos por medios locales muestran escenas dramáticas: vehículos arrastrados por corrientes, contenedores flotando en calles convertidas en ríos, y equipos de rescate trasladando a niños y ancianos en balsas improvisadas.
El tifón también provocó cortes masivos de electricidad y telecomunicaciones, especialmente en las provincias de Leyte, Bohol y Negros Oriental.
Las autoridades sanitarias han advertido sobre el riesgo de brotes de enfermedades transmitidas por el agua, como el dengue y la leptospirosis.
Mientras Kalmaegi se desplaza hacia el Mar de China Meridional, el gobierno filipino ha intensificado las labores de búsqueda, rescate y distribución de ayuda humanitaria. Vietnam, por su parte, se prepara para recibir el impacto del fenómeno en las próximas 48 horas.