El ejército ruso concluyó la conquista de la ciudad ucraniana de Severodonetsk y consiguió entrar en barrios de la vecina Lysychansk, tras semanas de una devastadora ofensiva para apoderarse de la región del Donbás, en el este del país.
Ucrania enfrentó además un “bombardeo masivo” en el norte desde Bielorrusia, un país aliado de Rusia, que podrá dotar a Minsk “en los próximos meses” de misiles con capacidad de transportar ojivas nucleares, según anunció el presidente ruso, Vladimir Putin.
Severodonetsk fue “totalmente ocupada por los rusos”, dijo el alcalde de la ciudad, Oleksandre Striuk, al día siguiente de que las autoridades ucranianas anunciaran un repliegue de esa urbe para defender Lysychansk.
Los separatistas prorrusos anunciaron poco antes la toma de la planta química de Azot, en Severodonetsk, y la “evacuación” de 800 civiles que se habían refugiado allí.
El gobernador de la región de Lugansk, de la cual forma parte Severodonetsk, afirmó que “el 90% de la ciudad está dañado y el 80% de las casas tendrán que ser demolidas”.
Los separatistas también anunciaron que sus fuerzas y las del ejército ruso habían entrado en Lysychansk, donde se estaban registrando “combates callejeros”.
“Algunas empresas de la ciudad ya han sido tomadas. Actualmente se están produciendo combates callejeros”, declaró en Telegram un representante de los separatistas prorrusos, el teniente coronel Andrei Marochko.
La caída de esas dos ciudades podría facilitar el avance de las tropas rusas hacia Sloviansk y Kramatorsk, más al oeste en la región de Donetsk.
Lugansk y Donetsk conforman el Donbás, una zona ya parcialmente controlada por los prorrusos desde 2014.
“Todo el mundo está sufriendo. Intentamos sobrevivir”, confiesa Nina, jubilada de 64 años, cerca de la línea de frente. “No hay agua (corriente), ni gas, ni electricidad. Vivimos bajo las bombas desde hace tres meses, es la Edad de Piedra”.
– “Arrastrar a Bielorrusia a la guerra” –
El comando operacional de la región del sur reportó la noche del sábado que los rusos continuaban con sus “acciones defensivas”, aumentando la intensidad de los ataques, pero “sin apuntar a nuevos objetivos”.
En tanto, en el norte, “un bombardeo masivo de misiles impactó en la región de Chernígov”, indicó el mando Norte de las tropas ucranianas.
“Veinte cohetes apuntaron contra el pueblo de Desna, lanzados desde territorio de Bielorrusia y desde el aire”, agregó, precisando que los ataques impactaron en infraestructuras, pero sin ocasionar víctimas.
Bielorrusia no se ha involucrado hasta ahora oficialmente en el conflicto, pero ha proporcionado apoyo logístico a la invasión rusa, iniciada hace cuatro meses, y ha sido objeto, al igual que Rusia, de sanciones occidentales.
Por la tarde, Putin anunció, tras reunirse con su par bielorruso Alexander Lukashenko, que Rusia equipará a su aliado de misiles capaces de transportar ojivas nucleares y adaptar a sus aviones para que puedan llevar cargas nucleares.
“En los próximos meses vamos a transferir a Bielorrusia sistemas de misiles tácticos Iskander-M, que pueden utilizar misiles balísticos o de crucero, en sus versiones convencionales y nuclear”, declaró Putin al inicio de su encuentro con Lukashenko en San Petersburgo, transmitida por la televisión rusa.
“El bombardeo de hoy está directamente relacionado con los esfuerzos del Kremlin de arrastrar a Bielorrusia a la guerra en Ucrania como cobeligerante”, afirmó en Telegram la dirección general de los servicios de inteligencia ucranianos, dependiente del Ministerio de Defensa.
Esos anuncios se produjeron antes de una reunión del G7 de las potencias económicas occidentales a partir del domingo en Alemania y de una cumbre de la OTAN entre martes y jueves en Madrid, para discutir cómo reforzar el apoyo a Ucrania en una guerra de la cual no se ve el fin.
El primer ministro británico, Boris Johnson, urgió el sábado al G7 a “no abandonar” a Ucrania y anunció una nueva ayuda financiera a Kiev de unos 525 millones de dólares, sumando un total de 1.800 millones de dólares en respaldo financiero británico.
“Cualquier señal de cansancio o de vacilación en el apoyo occidental a Ucrania será en beneficio de Putin”, subrayó en un comunicado.
El presidente estadounidense, Joe Biden, llegó el sábado a Europa, donde espera -ante sus aliados del G7 y la OTAN- consolidar el frente unido ante Rusia