Revés legislativo a Macron

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La alianza de centro del presidente Emmanuel Macron se encamina a perder este domingo su mayoría absoluta en el Parlamento, ante el progreso del frente de izquierdas y, sobre todo, el auge espectacular de la extrema derecha en las elecciones legislativas.

La alianza ¡Juntos! de Macron obtendría entre 200 y 260 escaños en la Asamblea Nacional (cámara baja), seguido de la Nueva Unión Popular Ecológica y Sociales (Nupes, izquierda) entre 150 y 200 y la Agrupación Nacional (extrema derecha), de 60 a 100, según las primeras proyecciones.

“Si estos resultados se confirman, están muy lejos de lo que esperábamos. (…) Se gesta una situación inédita en la vida política y parlamentaria, que nos exigirá superar nuestras certezas, nuestras divisiones”, dijo el ministro Gabriel Attal.

Aunque la negociación es habitual en la mayoría de democracias, a falta de una mayoría absoluta en el Parlamento, puede volverse un quebradero de cabeza para que el oficialismo, acostumbrado a la apisonadora, saque adelante su programa liberal.

Para alcanzar los 289 escaños de la mayoría absoluta, el partido Los Republicanos (derecha) y sus aliados UDI (45 a 80 escaños) podrían volverse claves para el mandatario centrista. Sus dirigentes ya avanzaron el jueves que harán una “oposición útil”.

La izquierda planteó los comicios como una “tercera vuelta” de la presidencial, al considerar que los franceses reeligieron a Macron el 24 de abril para impedir la llegada al poder de su rival ultraderechista Marine Le Pen, y no por sus ideas.

Aunque el mandatario pierde su mayoría absoluta, el primer frente de izquierdas en 25 años –izquierda radical, ecologistas, comunistas y socialistas– se queda lejos de su objetivo de ganar e imponer a Jean-Luc Mélenchon como primer ministro.

“Es una situación totalmente inesperada, inédita, la derrota del partido presidencial es total y no aparece ninguna mayoría”, aseguró ante sus simpatizantes Mélenchon, quien acusó al oficialismo de haber reforzado a la extrema derecha.

El partido ultraderechista RN, aunque queda en tercera posición, es uno de los principales ganadores de los comicios, al superar con creces los 8 diputados de 2017 y lograr así formar grupo parlamentario propio por primera vez desde 1986.

“Encarnaremos una oposición firme, sin connivencia, responsable, respetuosa de las instituciones”, dijo Le Pen desde su bastión en Hénin-Beaumont (norte), donde revalidó su escaño, felicitándose de haber hecho de Macron un “presidente minoritario”.

La participación era clave en la segunda vuelta, pero, según el ministerio del Interior, un 53,08% de los 48,7 millones de franceses llamados a las urnas no acudieron a votar.

– “Mayoría casi imposible” –

Tras un primer mandato marcado por las protestas sociales contra su política hacia las clases populares, la pandemia de coronavirus y los efectos de la guerra en Ucrania, el segundo mandato se anuncia complicado para Macron.

“Es una mayoría casi imposible que necesitará (…) un giro hacia LR y posiblemente hacia una decena de socialistas no Nupes”, según Étienne Ollion, experto del CNRS, para quien esto podría dar lugar a una “reparlamentarización de la vida política”.

La votación cierra un ciclo de comicios crucial para el rumbo de Francia los próximos cinco años. La próxima cita electoral será las elecciones al Parlamento Europeo en 2024, dos años en que los partidos podrán asentar la recomposición en curso.

La irrupción del centrista Macron en 2017 sacudió el tablero político francés, que ahora se divide en tres bloques principales –izquierda radical, centro y extrema derecha–, dejando de un lado a los partidos tradicionales de gobierno.

En la recta final de la campaña, la alianza de Macron advirtió del caos que supondría tener que gobernar con mayoría simple y, sobre todo, del “peligro” que supondría la llegada del frente de izquierdas al poder.

De no conseguir aprobar sus reformas estrellas, como el impopular retraso de la edad de jubilación de 62 a 65 años, el mandatario podría disolver la Asamblea anticipadamente y convocar nuevas elecciones, como el presidente socialista François Miterrand (1981-1995) ya hiciera en 1988.

Para los miembros del gobierno francés que optaban a un escaño, los comicios representaban un doble reto, porque deberán dimitir si pierden, según una regla no escrita. La ministra de Salud Brigitte Bourguignon se encuentra en ese caso.

El revés a Macron se traduce también por la derrota de principales líderes de su movimiento como el actual presidente de la Asamblea Nacional, Richard Ferrand, o el presidente de su grupo parlamentario, Christophe Castaner.

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