El jefe de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, la UNRWA, defenderá ante la Asamblea General a su organización, acusada por Israel de tener empleados involucrados en el ataque de Hamás que desencadenó la guerra en Gaza.
Philippe Lazzarini advirtió en febrero en una carta al presidente de la Asamblea General que la agencia alcanzó un “punto de quiebre” con los pedidos de Israel para su desmantelamiento y la suspensión del financiamiento de donantes internacionales.
La capacidad de la UNRWA para cumplir su mandato está “seriamente amenazada”, dijo Lazzarini.
La UNRWA está en el centro de la polémica desde que Israel acusó a 12 de sus empleados de estar implicados en el atentado del 7 de octubre del grupo islamista palestino Hamás, que causó la muerte de 1.160 personas, en su mayoría civiles, según un recuento basado en datos oficiales israelíes.
Más de 30.500 palestinos, en su mayoría mujeres y niños, han muerto en la Franja de Gaza desde que Israel lanzó su contraofensiva, de acuerdo con el Ministerio de Salud de Hamás.
Lazzarini afirma que Israel no ha presentado ninguna evidencia contra sus exempleados.
Pero varios países, entre ellos Estados Unidos -su principal donante-, Gran Bretaña, Alemania y Japón, suspendieron el financiamiento destinado a la UNRWA tras las acusaciones de Israel.
El monto total congelado alcanza los 450 millones de dólares, equivalente a la mitad de los fondos que la UNRWA recibió en 2023.
La ONU despidió a los empleados señalados por Israel e inició una investigación interna. El secretario general, António Guterres, encargó además a un panel independiente un análisis para determinar si la agencia actúa de forma neutral en el conflicto.
Reconociendo los pasos que han dado la ONU y su agencia, la Comisión Europea anunció la semana pasada que la Unión Europea desbloqueará 50 millones de euros (unos 54 millones de dólares).
Guterres insiste en que ninguna otra agencia tiene la capacidad de reemplazar a la UNRWA, que además de ofrecer ayuda humanitaria, administra escuelas y hospitales.
“Dos millones de personas son completamente dependientes de los servicios de la UNRWA”, dijo el lunes antes de la reunión de la Asamblea General el embajador de Yemen ante la ONU, Abdullah Ali Fadhel Al-Saad, quien pidió a los donantes retomar sus aportes.
El representante israelí, por su parte, volvió a acusar a la agencia de involucrarse en el conflicto y a pedir su desmantelamiento.
“La UNRWA, con financiación internacional, con su financiación, está preparando a los niños palestinos para convertirse en terroristas”, dijo el embajador israelí ante la ONU, Gilad Erdan.
Creada en 1949, la UNRWA emplea unas 30.000 personas en los territorios palestinos ocupados, Líbano, Jordania y Siria.