KATMANDÚ. — La capital de Nepal vivió una jornada de violencia sin precedentes, marcada por el fallecimiento de Rajyalaxmi Chitrakar, esposa del ex primer ministro Jhalanath Khanal, quien sufrió quemaduras mortales cuando manifestantes incendiaron su residencia en medio de una ola de ataques contra figuras políticas.
Chitrakar fue trasladada en estado crítico al Hospital de Quemados de Kirtipur, donde murió durante el tratamiento.
Las protestas, lideradas por jóvenes del movimiento autodenominado “Generación Z”, estallaron tras el bloqueo gubernamental de redes sociales como Facebook, YouTube y X, medida que fue revocada pero no logró contener el descontento social.
La represión policial dejó al menos 25 muertos, incluidos tres manifestantes en el Hospital Civil y dos más en un tiroteo en Kalimati.
La violencia se extendió por toda Katmandú, con ataques sistemáticos a residencias de líderes políticos. La casa del recién dimitido primer ministro K.P. Sharma Oli fue incendiada, mientras el exmandatario Sher Bahadur Deuba y su esposa, la ministra de Exteriores Arzu Rana Deuba, fueron agredidos en su domicilio. Imágenes del ataque circulan ampliamente en redes sociales, desafiando el intento de censura estatal.
Edificios emblemáticos como el Parlamento, la Oficina de la Presidencia y el Tribunal Supremo fueron incendiados por las turbas, al igual que el complejo de Kantipur Media Group, el mayor conglomerado de prensa del país.
El Ejército de Nepal emitió un comunicado urgente llamando a la calma y exhortando a “evitar más pérdidas humanas y materiales” mediante un diálogo político. Mientras tanto, el país enfrenta una crisis institucional profunda, con renuncias en bloque de diputados y llamados a formar un gobierno civil interino. La indignación ciudadana, alimentada por denuncias de corrupción y nepotismo, amenaza con transformar el sistema político nepalí desde sus cimientos.