La ministra británica de Finanzas, Rachel Reeves, prometerá el lunes, en la segunda jornada el congreso del Partido Laborista en Liverpool, “reconstruir” el país tras 14 años de gobiernos conservadores, aunque advirtiendo que llegarán “decisiones difíciles”.
Reeves prometerá “un presupuesto que ayudará a reconstruir el Reino Unido y logrará el cambio prometido por los laboristas”, según los primeros elementos del discurso, difundidos por su partido.
El discurso, que será pronunciado poco más de un mes antes de la presentación del primer presupuesto del gobierno laborista, será seguido de cerca por los círculos económicos que temen aumentos de impuestos.
“Nuestro crecimiento, nuestra productividad y nuestros ingresos familiares se han quedado atrás” en los últimos años, defiende la ministra en su discurso, en el que promete “una década de renovación nacional”.
El equipo del primer ministro Keir Starmer, en el poder desde que los laboristas ganaron las elecciones generales a principios de julio, culpa de los problemas económicos a 14 años de gobiernos conservadores.
El ejecutivo laborista achaca a los sucesivos gobiernos conservadores un “agujero” que cifra en 22.000 millones de libras (29.300 millones de dólares) en las finanzas públicas.
La Oficina Nacional de Estadísticas (ONS) informó esta semana que la deuda pública británica llegó en agosto al 100% del producto interior bruto, elevando la presión sobre el gobierno a pocas semanas de lanzar su primer presupuesto.
Starmer previno que el presupuesto, esperado el 30 de octubre, será “doloroso”.
El gobierno tomará “las decisiones necesarias para asegurar las finanzas públicas y sentar las bases de un crecimiento sostenible”, que será “la misión número uno” del ejecutivo, resaltará Reeves en su discurso.
La ministra hablará de la necesidad de tomar “decisiones difíciles”, pero descartará medidas de austeridad o aumentos de impuestos para los trabajadores, retomando las declaraciones hechas por su líder a medios británicos el domingo.
Sin embargo, el gobierno advirtió a la población en semanas precedentes que se prepare para hacer algunos esfuerzos de cara a las futuras restricciones presupuestarias, incluyendo la supresión de un subsidio de combustible energético de invierno para 10 millones de pensionistas.
Sharon Graham, secretaria general del sindicato Unite, calificó el domingo de “cruel” esta medida.
“Me gustaría que se echaran atrás en esta decisión”, dijo Graham, añadiendo que ese tema debe ser “prioritario” en el congreso laborista.