Sancionado por Ucrania en el pasado por sus estrechos lazos con Rusia, Dmytro Firtash, una de las personas más ricas de esta antigua república soviética, causó revuelo esta semana al resguardar a cientos de compatriotas en una de sus fábricas.
“Esta guerra es completamente inútil y no puede justificarse de ninguna forma. Solo trae sufrimiento y miseria a todas las partes. La tragedia humana es intolerable”, dijo el magnate de 57 años en un comunicado en la web de su compañía.
Antes aliado del derrocado presidente prorruso de Ucrania, Viktor Yanukovich, la historia de Firtash, actualmente en Austria y batallando contra un pedido de extradición a Estados Unidos por sobornos, es controvertida.
– Refugio a civiles –
En junio de 2021, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski firmó un decreto imponiendo sanciones a Firtash, incluyendo la congelación de sus activos y la retirada de las licencias de su compañía, tras acusarlo de vender productos de titanio a compañías militares rusas.
Pero ahora unos 800 civiles, incluidos 200 trabajadores de la fábrica, se han refugiado en los búnkers de la planta química Azot, propiedad del grupo DF de Firtash, en la estratégica ciudad oriental de Severodonetsk, dijo el abogado del empresario, Lanny Davis, esta semana.
Las tropas rusas intentan desde hace semanas tomar esta ciudad para acelerar su conquista del este de Ucrania.
El presidente ruso Vladimir Putin “nunca saldrá victorioso”. “No importa lo que pase, Rusia va a perder”, dijo Firtash en una entrevista a NBC News en abril.
Desde el inicio de la invasión en febrero, la cadena Inter de Firtash se ha sumado al grupo de canales de noticias ucranianos que retransmiten informativos todo el día y reflejan la posición oficial de las autoridades ucranianas.
Antes de la guerra, Inter, uno de los mayores canales del país, era considerado prorruso.
El magnate insiste que siempre respaldó a Kiev y “nunca fue prorruso”.
“Hay que entender que soy empresario. Mi objetivo es ganar dinero. Ese es mi trabajo”, dijo en la entrevista a NBC.
AFP ha solicitado una entrevista con Firtash, todavía sin respuesta.
– Reclamado por EEUU –
Firtash también está reclamado por sobornos y cargos de delincuencia organizada en Estados Unidos.
En su caso, funcionarios indios recibieron presuntamente 18,5 millones de dólares en mordidas para asegurar unas licencias de minería de titanio en 2006.
Estados Unidos asegura que tiene jurisdicción sobre los hechos porque la conspiración implica el uso de instituciones financieras estadounidenses, viajar a y desde ese país y el uso de comunicaciones con sede en la nación nortamericana.
Firtash, que niega las acusaciones y asegura ser víctima de una campaña de difamación, fue detenido en Austria en marzo de 2014.
Tuvo que pagar 125 millones de euros (130 millones de dólares), una cantidad supuestamente récord en Asia, y desde entonces no ha podido dejar el país.
La Corte Suprema austriaca sentenció en 2019 que podía ser extraditado, pero el empresario sigue combatiendo judicialmente esa decisión y permanece en este país mientras el proceso está en marcha.
En una entrevista en mayo con CNN, el magnate dijo que había solicitado a la fiscalía volver a Ucrania con la guerra en marcha, pero su petición fue rechazada.
También había sido acusado de estar implicado en los supuestos esfuerzos del Rudolph Giuliani, ex alcalde de Nueva York y abogado personal de Donald Trump, para encontrar trapos sucios de Joe Biden antes de convertirse en presidente.
Firtash niega haberse reunido nunca con Giuliani.
Nacido en el oeste de Ucrania, Firtash tenía un padre conductor y una madre contable. Para obtener ingresos adicionales, la familia cultivaba tomates.
Su carrera empresarial comenzó gestionando comercio entre Ucrania y Rusia. En 1993 consiguió vínculos empresariales con Asia Central y comenzó a organizar el suministro de bienes de consumo a cambio de gas natural.
En 2004 empezó una empresa conjunta con el gigante ruso Gazprom para suministrar gas natural de Asia Central a Ucrania y otros países europeos.
Tres años después fundaría el grupo DF, que creció en un imperio empresarial con unos 100.000 trabajadores y presente en sectores como la energía, la química, los medios, la banca y la inmobiliaria.