Los bombardeos israelíes dejaron más de 10.000 muertos en la Franja de Gaza, afirmó el lunes Hamás, que gobierna el territorio palestino descrito por Naciones Unidas como “un cementerio de niños”, casi un mes después del inicio de la guerra.
El conflicto se desencadenó tras el ataque del movimiento Hamás contra Israel el 7 de octubre, que dejó más de 1.400 muertos. Durante su incursión por tierra, mar y aire, los milicianos islamistas secuestraron también a 240 personas.
Desde entonces, Israel bombardea Gaza sin descanso y desde el 27 de octubre, libra una ofensiva terrestre contra el grupo islamista, que ha prometido “aniquilar”.
Más de 290 personas murieron la madrugada de este lunes en nuevos bombardeos en el norte de la Franja y en la ciudad de Gaza, según Hamás.
El grupo islamista anunció que 10.022 personas habían muerto desde el inicio de la guerra, incluidos miles de niños.
“La catástrofe que se está desarrollando hace que la necesidad de un alto el fuego humanitario sea más urgente a cada hora que pasa”, reaccionó el secretario general de la ONU, António Guterres. La Franja se está convirtiendo en un “cementerio de niños”, agregó.
El Pentágono reconoció este lunes que “miles” de civiles murieron o resultaron heridos en Gaza. A finales de octubre, el presidente estadounidense, Joe Biden, había cuestionado los balances difundidos por Hamás.
El paso fronterizo de Rafah, el único que no está controlado por Israel, volvió a abrir este lunes tras un cierre de dos días, para permitir nuevas evacuaciones hacia Egipto.
El cruce está en el sur del enclave, donde se hacinan miles de civiles desplazados que huyeron a esta zona del territorio tras las órdenes de evacuación de Israel.
Si los civiles [gazatíes] fueran hacia el sur, los soldados estarían “menos limitados” para actuar, afirmó el ejército el lunes.
“Entonces podremos desmantelar a Hamás, bastión tras bastión, batallón tras batallón, hasta que logremos el objetivo final, que es liberar a la Franja de Gaza, a toda la Franja de Gaza, de Hamás”, dijo un portavoz.
– “Crisis de humanidad”
El secretario general de la ONU, António Guterres, subrayó que la “pesadilla en Gaza” era “más que una crisis humanitaria, una crisis de humanidad”.
Los líderes de las principales agencias de la ONU publicaron un comunicado conjunto el domingo para expresar su indignación ante el aumento de víctimas.
“Necesitamos un alto el fuego humanitario inmediato. Han pasado 30 días. Ya basta. Esto debe detenerse ahora”, escribieron.
El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, afirmó el lunes que su país trabajaba “muy activamente” para hacer llegar más ayuda a Gaza, tras reunirse en Ankara con su homólogo turco, Hakan Fidan.
Washington se opone a un alto el fuego que, en su opinión, beneficiaría a Hamás, pero propone establecer “pausas humanitarias” para distribuir ayuda a la población.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, rechaza cualquier tregua temporal si no se liberan los rehenes.
Aún así, el presidente estadounidense abordó el lunes con Netanyahu la “posibilidad de pausas tácticas” del ejército israelí en Gaza para permitir que los civiles se pongan a salvo, según la Casa Blanca.
Además de los bombardeos, Israel mantiene la Franja de Gaza bajo “asedio completo” desde el 9 de octubre. El territorio de 362 km2, donde viven 2,4 millones de habitantes, se ha visto privado de suministros de agua, electricidad y alimentos.
– “No hay pan, ni agua” –
La guerra ha convertido barrios enteros de la Franja de Gaza en campos de ruinas y ha provocado el desplazamiento de 1,5 millones de personas dentro del territorio, según la ONU.
“La situación es muy difícil. No hay pan ni agua, nada, ni siquiera agua salada. Vimos cadáveres [en la carretera], los niños estaban muy asustados”, dijo Zakaria Akel, que huía con su familia hacia el sur, cerca de la frontera con Egipto, donde cientos de miles de personas viven en condiciones muy precarias.
Esta frontera se abrió parcialmente el 21 de octubre para permitir el tránsito de convoyes humanitarios.
La terminal abrió tres días la semana pasada para dejar salir a decenas de heridos palestinos y cientos de personas con pasaporte extranjero, antes de que Hamás decidiera volverla a cerrar, tras el bombardeo israelí de un convoy de ambulancias.
Seis vehículos con palestinos heridos cruzaron el lunes el puesto, según un responsable egipcio.
Tras la evacuación de los heridos comenzó la salida de extranjeros bloqueados en el territorio.
También se ha recrudecido la situación en Cisjordania, otro territorio palestino, donde en un mes más de 150 palestinos murieron por disparos de soldados o colonos israelíes, según el Ministerio de Salud de la Autoridad Palestina.
La célebre militante palestina Ahed Tamimi, de 22 años y que se hizo famosa a los 14 cuando mordió a un soldado israelí para impedir que detuviera a su hermano menor, fue detenida el lunes en Cisjordania “por incitación al terrorismo”.
Otro foco de tensión es la frontera norte de Israel con Líbano, donde los disparos entre el ejército israelí y Hezbolá –aliado de Hamás y apoyado por Irán– hacen temer un desbordamiento del conflicto.
Hamás anunció el lunes que disparó 16 cohetes hacia el norte del territorio israelí desde Líbano, con la intención de atacar el sur de la ciudad de Haifa.
Desde el 7 de octubre, 83 personas murieron en territorio libanés, según un recuento de AFP, entre ellas 61 combatientes de Hezbolá. Seis soldados y dos civiles murieron en el lado israelí, según las autoridades.
En Yemen, los rebeldes hutíes, respaldados por Irán, afirmaron afirmaron haber lanzado un nuevo ataque con drones contra Israel, que no fue confirmado de inmediato.