Más que la guerra en Ucrania, las discrepancias sobre el clima serán los grandes factores de polarización del mundo, alertan los exfuncionarios Pascal Lamy y Ángel Gurría, con motivo del relevo al frente del Foro de París sobre la Paz.
“Hay urgencias como terminar con el conflicto en Ucrania, la pandemia, la pobreza, la seguridad alimentaria, pero la mayor responsabilidad intergeneracional será el clima”, asegura el mexicano Gurría en una entrevista.
“La verdadera zona de conflicto que progresa es el clima y es Norte-Sur”, abunda el francés Lamy, que pone por ejemplo las discusiones sobre la deuda climática y las reparaciones durante la pasada COP27 en Sharm el Sheij (Egipto) en noviembre.
El exfuncionario mexicano y exsecretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sucedió el jueves al exjefe de la Organización Mundial del Comercio (OMC) al frente del Foro de París sobre la Paz.
Este evento nació en 2018, impulsado por el presidente francés Emmanuel Macron, como una manera de repensar la gobernanza mundial y el multilateralismo, ya que perdían “en pertinencia, en legitimidad” y “en eficacia”, según Lamy.
Y cinco años después, “el diagnóstico de inicio se confirmó por desgracia”, agrega. La invasión rusa de Ucrania supuso un duro revés al sistema internacional nacido de la Segunda Guerra Mundial.
El francés rechaza la idea de que en el conflicto en Ucrania estaría “el Oeste contra el resto”, y dibuja un panorama de un Occidente que apoya a Kiev, un grupo de países que evita posicionarse con un bando y un grupo “microscópico” que sostiene a Rusia.
– Contra un aislamiento de China –
En este escenario, China, India y Brasil son “países enormes que son conscientes de que deben hacer algo” para lograr una salida, máxime cuando “la idea de la paz” no planea en Rusia y Estados Unidos dice que “no es el momento”, precisa Gurría
Más allá de Moscú, Washington ha convertido Pekín en su principal rival, pero los expertos alertan contra un eventual aislamiento del gigante asiático, porque una China empujada a la “autarquía” sería “más peligrosa que una China globalizada”.
El exfuncionario francés pone un ejemplo: Si China anunciara un apoyo militar a Rusia, esto podría desembocar en una escalada de sanciones comerciales con los occidentales y, de rebote, allanar el camino a un intento de Pekín de tomar Taiwán.
“Pero aún no lo ha hecho”, relativiza el mexicano.
En el ámbito climático, China también está llamada a ser un actor clave del fondo de pérdidas y daños aprobado en Sharm el Sheij, un viejo reclamo de tres décadas de los países pobres y en desarrollo para ayudar a los más vulnerables al cambio climático.
El principal argumento de estos fue que, a diferencia de los países desarrollados, apenas contribuyeron históricamente al calentamiento del planeta, pero sufren más sus consecuencias, un discurso “simplista”, para Pascal Lamy, pero “incontestable” y “muy eficaz” políticamente.
Cuando aún queda por cerrar cómo financiar el fondo, Lamy se pregunta así cuál será el papel de China, que se considera un país en desarrollo pero es uno de los principales países contaminantes. “En el plano ambiental, China no está en el Sur”, dice.
– “Intentamos mejorarlo” –
¿Cómo obrar por la paz en un mundo de 2023 en el que incluso los temores sobre la amenaza nuclear volvieron a primera plana?
“El mundo no va mejor”, constata Lamy, pero “intentamos mejorarlo un poco”, concluye Gurría.
El Foro de París ya prepara su próxima edición anual del 10 y 11 de noviembre, con cuatro prioridades en la agenda: sanidad, digital, espacio y, por supuesto, el clima con un foco en los polos y en los océanos, y su llamado a proyectos.
Además ejercerán de enlace con la “sociedad civil” en la cumbre convocada por Macron en Francia el próximo junio sobre un nuevo pacto financiero mundial, especialmente con los países del Sur.