En medio de la creciente tensión en la guerra comercial que él mismo desató, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, intentó tranquilizar a la población al afirmar: “¡Tranquilos! Todo va a salir bien”. Sin embargo, este miércoles, la situación se intensificó con represalias significativas de China y Europa.
Según algunos economistas, Estados Unidos se ha convertido repentinamente en el país con los aranceles más elevados del mundo. Los mercados europeos experimentaron una fuerte caída, mientras que los precios del petróleo se desplomaron, reflejando una amenazada desaceleración económica global. Wall Street ha mostrado un comportamiento dispar desde la apertura, con inversores que se apresuran a vender bonos del Tesoro estadounidense.
Pese a este panorama desafiante, Trump aconsejó a los inversores aprovechar la caída de las bolsas para “comprar” acciones.

Desde las 04:00 GMT de hoy, Estados Unidos ha implementado aranceles adicionales sobre productos de 60 socios comerciales, siendo China el más afectado con gravámenes acumulativos del 104%. Un análisis de UBS Investment Research señala que el precio del iPhone 16 Pro Max de 256 GB, ensamblado en China, podría aumentar de 1,199 a 1,549 dólares, lo que representa un incremento del 29%.
A pesar de las críticas, incluso de aliados como Elon Musk, Trump aseguró haber encontrado la estrategia para reducir el déficit comercial y relocalizar actividades industriales. En respuesta, China anunció que incrementará sus tarifas aduaneras sobre productos estadounidenses al 84%, muy por encima del 34% inicialmente previsto. Un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino subrayó que continuarán tomando medidas “firmes y enérgicas” para proteger sus derechos.
El secretario del Tesoro de EE. UU., Scott Bessent, advirtió a otros socios comerciales que seguir el ejemplo de China sería “cavar su propia tumba”.
Europa Responde a las Medidas de EE. UU.

La Unión Europea, que ya enfrenta aranceles del 25% sobre acero y aluminio desde mediados de marzo, ha comenzado a implementar contrap medidas sobre productos estadounidenses por un valor superior a 20,000 millones de euros. Esta lista incluye bienes agrícolas como soja y aves de corral, además de altos aranceles en madera, motocicletas y equipos eléctricos.
Bruselas ha manifestado su disposición para suspender estas medidas “en cualquier momento” si se llega a un acuerdo “justo y equilibrado” con Washington. El futuro canciller alemán, Friedrich Merz, abogó por una respuesta unificada de Europa ante esta situación.
La prolongación de esta guerra comercial despierta temores sobre un aumento de la inflación y una desaceleración del crecimiento global. Si persiste, podría transformar la globalización tal como la conocemos, afectando las cadenas de producción y el comercio internacional.

Mientras tanto, China ha instado a sus ciudadanos a ser precavidos si planean viajar a Estados Unidos, en medio del temor a un ciclo interminable de represalias. Algunos bancos centrales, como los de Nueva Zelanda e India, ya han comenzado a bajar sus tasas de interés en respuesta a la incertidumbre económica global.
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