MADRID / TEL AVIV. — En una escalada diplomática sin precedentes, el Gobierno español retiró este lunes a su embajadora en Tel Aviv, Ana María Salomón, en respuesta a las acusaciones de antisemitismo vertidas por el ministro de Exteriores israelí, Gideon Sa’ar, contra el presidente Pedro Sánchez y dos ministras del Ejecutivo.
La decisión se enmarca en un contexto de tensión creciente por la postura crítica de España frente a la ofensiva militar israelí en Gaza, calificada por Sánchez como “genocidio” y “exterminio de civiles indefensos”.
La medida fue anunciada por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, quien calificó de “calumniosas e inaceptables” las declaraciones del gobierno de Netanyahu.

Además del retiro diplomático, Israel prohibió la entrada al país de la vicepresidenta Yolanda Díaz y la ministra de Infancia y Juventud, Sira Rego, ambas señaladas por Tel Aviv como promotoras de una “agenda antisemita”.
El Ejecutivo español respondió con un paquete de sanciones que incluye el embargo permanente de armas, la prohibición de vuelos y atraque de barcos con destino militar israelí, y restricciones a productos provenientes de colonias ilegales en Cisjordania. También se limitará la asistencia consular a ciudadanos españoles en territorios ocupados y se reforzará el apoyo a la Autoridad Nacional Palestina y a la UNRWA.
En paralelo, un atentado en Israel dejó seis muertos, entre ellos un ciudadano español, lo que añade tensión al conflicto bilateral. Sa’ar acusó a Sánchez de usar la crisis para desviar la atención de escándalos internos, evocando incluso la Inquisición como símbolo de “hostilidad histórica” hacia el pueblo judío.
La ruptura diplomática marca un punto de inflexión en las relaciones hispano-israelíes y abre un debate internacional sobre los límites de la condena política frente a crímenes de guerra.