El presidente electo de Guatemala, el socialdemócrata Bernardo Arévalo, y el mandatario saliente, el derechista Alejandro Giammattei, se reunieron este lunes para iniciar un proceso de transición que debe culminar en enero.
La cita se dio en medio de tensiones por la persecución de la Fiscalía contra el partido Semilla de Arévalo, quien el viernes denunció un plan de “golpe de Estado” para impedir que asuma en enero de 2024.
Arévalo acudió con su vicepresidenta Karin Herrera a la Casa Presidencial, en el centro histórico de la capital, según imágenes divulgadas por el gobierno.
“El presidente de la República, Alejandro Giammattei, se reunió con las autoridades electas para dar inicio con el proceso de transición”, indicó la Secretaría de Comunicación de la Presidencia.
En el encuentro participó también el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, cuya misión electoral ha criticado la “persecución” contra Semilla.
La reunión se celebró en privado, sin acceso a la prensa.
– “Asalto ilegal” –
Tras la reunión, Arévalo dijo que habló con Giammattei sobre la cronología, metodología y temas que abordarán en estos cuatro meses las comisiones técnicas de ambos equipos y que el gobernante se comprometió a entregar el mando en la fecha prevista.
Es un “camino de trabajo real para intercambiar información tendiente a la entrega de poder, especialmente cuando él fue enfático al mencionar que era la entrega de poder a las personas electas, al presidente, vicepresidenta y a los otros de Semilla”, afirmó en rueda de prensa.
Agregó que ese “posicionamiento” servirá para hacer desaparecer la idea de “ese asalto ilegal, ese intento se subvertir el orden constitucional y burlar la voluntad popular que está en marcha”.
Ambos esperan una “transición ordenada y previsible” que sirva “de ejemplo a las instituciones que mantienen una actitud de agresión y de acoso a nuestro proyecto político”.
En tanto, Giammattei se congratuló por el inicio de la transición al decir: “podemos decir que la democracia ha triunfado en Guatemala”.
“Nuestra soberanía radica en el pueblo, y el pueblo ha designado a quienes tomarán la batuta del mando de este amado país a partir del 14 de enero”, aseguró en el encuentro, según un video divulgado por el gobierno.
“El pueblo habló, como se lo dije a usted [a Arévalo], el pueblo decidió y entonces es a quien el pueblo eligió, a quien nosotros, lo reitero con contundencia como me lo han pedido: el doctor Arévalo será el próximo presidente por parte del partido Semilla que ganó las elecciones”, puntualizó.
– Proceso con espinas –
Arévalo ganó en balotaje a la ex primera dama Sandra Torres el 20 de agosto, luego de dar la sorpresa en la primera vuelta electoral el 25 de junio, pues no figuraba entre los favoritos en una veintena de candidatos.
Tras la primera vuelta, el fiscal Rafael Curruchiche inició una cruzada para cancelar la personería jurídica a Semilla por supuestas anomalías en su inscripción en 2017, avalada por el juez Fredy Orellana.
Sin embargo, la Corte de Constitucionalidad revocó el fallo y permitió a Arévalo competir en la segunda vuelta.
Arévalo es hijo de un presidente que dejó huella en el país y su amplia victoria en el balotaje sobre la candidata del continuismo es atribuida a que generó esperanzas de cambio con su promesa de lucha frontal contra la corrupción, mal endémico en el país.
Tras ganar, el fiscal volvió a arremeter contra Semilla y hace una semana el Registro de Ciudadanos (padrón electoral) suspendió a Semilla, lo que le impedía hacer actividades y mermaba las facultades de sus diputados.
El domingo, el Tribunal Supremo Electoral levantó la inhabilitación a Semilla hasta el 31 de octubre, una vez termine formalmente el actual proceso de elecciones.
Guatemala está sumida en pobreza, la violencia y la corrupción, males que inducen cada año a miles de guatemaltecos a emigrar. Pero el ascenso al poder de Arévalo ha alarmado a la élite política y empresarial, acusada de ser corrupta.
El fiscal Curruchiche y el juez Orellana figuran en una lista de Estados Unidos de actores “corruptos”.