Mas de 170.000 personas desfilaron por las calles de Tel Aviv, según la municipalidad israelí, con música electrónica y banderas multicolores, en la mayor marcha del Orgullo LGTB en la región de Medio Oriente.
Hombres y mujeres, ataviados con atuendos de colores, a veces excéntricos, participaron bajo un calor agobiante en esta marcha, bailando en carruajes en las avenidas de Tel Aviv, ciudad considerada como un excepcional oasis de tolerancia en la región, constataron los periodistas de la AFP.
“Es supuestamente un combate por los derechos de los LGTB pero esto parece más bien una fiesta, entonces aprovecho la fiesta”, explica a la AFP Liat Shana, de 29 años, con una peluca verde.
Tel Aviv, donde la primera manifestación de este tipo se celebró en 1998, “ha sido siempre y será siempre una acogedora morada para todas las personas trans, lesbianas, gais, queer y no binarias. Aquí siempre serán bienvenidas”, declaró el alcalde Ron Huldai en un comunicado.
Israel es reconocido como un país progresista en términos de visibilidad e igualdad para la comunidad LGTB. Sin embargo, el matrimonio homosexual, sin ser ilegal, es imposible de llevarse a cabo ya que no hay institución habilitada para celebrarlo. Pero la unión entre personas del mismo sexo es reconocida si se ha contraído en el extranjero.
Una parte de la comunidad LGTB acusa no obstante a Israel de instrumentalizar su causa, denunciando una labor de “pinkwashing” –derivación de la palabra inglesa “whitewashing”, blanqueo– que consistiría en disimular bajo una imagen progresista las realidades del país, incluido el conflicto israelo-palestino.
El jueves 2 de junio, miles de personas participaron en la 20ª edición del desfile del Orgullo en Jerusalén, bajo una gran vigilancia policial debido a las amenazas contra los organizadores.
En 2015, la marcha terminó trágicamente con la muerte de una adolescente, apuñalada por un judío ultraortodoxo.