Las mujeres de Florida, en el sureste de Estados Unidos, ya no podrán abortar a partir de 15 semanas de gestación, después de que el gobernador del estado, Ron DeSantis, firmara una ley al respecto el jueves (14.04.2022).
El texto, aprobado por el Parlamento de mayoría republicana, reduce el plazo para la interrupción voluntaria del embarazo de 24 a 15 semanas.
Las únicas excepciones contempladas son si el aborto es necesario para salvar la vida de la madre o si el feto tiene una anomalía de origen mortal.
“Hoy estamos aquí para defender a quienes no pueden defenderse por sí solos”, dijo DeSantis antes de firmar la ley, durante un acto con personas opuestas al aborto. “Esto representará la mayor protección para la vida promulgada en este estado en una generación”, añadió DeSantis.
Durante el debate parlamentario, la oposición demócrata trató, sin éxito, de incluir excepciones en caso de violación, incesto o tráfico humano.
“Esta prohibición del aborto es un ataque a nuestras libertades más fundamentales: el derecho a controlar nuestros propios cuerpos, nuestro propio futuro”, declaró en un comunicado Stephanie Fraim, presidenta de la organización de salud reproductiva Planned Parenthood en el suroeste y el centro de Florida.
La nueva ley de Florida imita un texto similar aprobado en Misisipi, que la Corte Suprema de Estados Unidos, de mayoría conservadora, está evaluando tras sugerir en diciembre que lo ratificaría.
Varios estados gobernados por los republicanos esperan aprovechar el nuevo equilibrio del alto tribunal (seis jueces conservadores contra tres progresistas) para restringir o revertir la sentencia Roe contra Wade, que en 1973 estableció el aborto como un derecho constitucional hasta entre 22 y 24 semanas de embarazo. El caso más polémico fue el de Texas, donde en septiembre se votó a favor de prohibir el aborto una vez que se detecten los latidos del corazón del feto, es decir, tras unas seis semanas de gestación. En ese período, la mayoría de las mujeres no saben que están embarazadas.