EE. UU. ejecuta a dos condenados en un día: uno por nitrógeno

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Estados Unidos llevó a cabo dos ejecuciones casi simultáneas que elevaron a 33 el número de penas capitales aplicadas en lo que va de 2025, la cifra más alta desde 2014.

Geoffrey West, de 50 años, fue ejecutado en Alabama mediante el método de hipoxia por nitrógeno, mientras que Blaine Milam, de 35, recibió la inyección letal en Texas.

West fue condenado por el asesinato en 1997 de Margaret Berry, madre de dos hijos, durante un robo en una gasolinera en Attalla. En sus últimas palabras, difundidas por su abogado, expresó: “Me he disculpado en privado con la familia de Margaret Berry y me siento honrado por el perdón que me ha brindado su hijo, Will”.

Will Berry, quien tenía 11 años cuando ocurrió el crimen, había solicitado que se detuviera la ejecución, argumentando que no deseaba que el Estado tomara represalias en nombre de su familia.

La ejecución de West marca uno de los pocos casos en que se ha utilizado el gas nitrógeno como método de pena capital, una técnica que ha sido criticada por organizaciones de derechos humanos por su potencial crueldad.

Por otro lado, Blaine Milam fue ejecutado en Huntsville, Texas, por el asesinato en 2008 de Amora Carson, la hija de 13 meses de su novia, durante lo que describieron como un “exorcismo” para expulsar demonios.

La autopsia reveló que la niña fue golpeada, estrangulada, mutilada sexualmente y presentaba 24 marcas de mordeduras humanas, en lo que el médico forense calificó como el peor caso de brutalidad infantil que había visto en su carrera.

Ambas ejecuciones ocurrieron con apenas 18 minutos de diferencia, reflejando una intensificación en la aplicación de la pena de muerte en EE. UU., impulsada por un clima político que favorece castigos más severos.