EE. UU. despliega más de 4,000 militares en el Caribe

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Las Fuerzas Armadas de Estados Unidos han iniciado el despliegue de más de 4,000 infantes de Marina y marineros en las aguas que rodean América Latina y el Caribe, como parte de una ofensiva intensificada contra los cárteles de la droga. La operación, confirmada por el Pentágono y reportada por CNN, incluye el envío del Grupo Anfibio Iwo Jima y la 22ª Unidad Expedicionaria de Marines al Comando Sur (SOUTHCOM).

La movilización contempla el despliegue de tres buques principales —el USS Iwo Jima, el USS Fort Lauderdale y el USS San Antonio— junto con un submarino de ataque nuclear, aviones de reconocimiento P-8 Poseidon, varios destructores y un crucero con misiles guiados. Estos activos están destinados a enfrentar amenazas de organizaciones narcoterroristas designadas por Washington como peligrosas para la seguridad nacional.

Aunque el despliegue se presenta como una demostración de fuerza, también ofrece al presidente Donald Trump una gama de opciones militares en caso de ordenar acciones directas contra los cárteles. Funcionarios de Defensa han expresado inquietudes sobre la participación de los marines en interdicciones de drogas, dado que no están entrenados para esa labor, lo que podría requerir apoyo adicional de la Guardia Costera.

El movimiento ha generado preocupación en países como México y Venezuela, que temen una intervención directa bajo la doctrina Monroe. Analistas advierten que esta estrategia podría tensar las relaciones diplomáticas en la región y aumentar la militarización de la lucha antidrogas.

Este despliegue marca un giro en la política exterior estadounidense, con implicaciones geopolíticas que podrían redefinir el papel de América Latina en la estrategia de seguridad hemisférica.