Washington. – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, recibió en la Casa Blanca al príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed bin Salmán, en una visita oficial que marca el primer encuentro entre ambos líderes desde el asesinato del periodista Jamal Khashoggi en 2018, hecho que provocó una crisis diplomática y fuertes críticas internacionales hacia Riad.
Trump calificó al príncipe como “un hombre extremadamente respetado” y “un amigo desde hace mucho tiempo”, declaraciones que han generado controversia por el contraste con las acusaciones que vinculan a Bin Salmán con la muerte de Khashoggi, columnista del Washington Post. La CIA responsabilizó en su momento al heredero saudí, aunque Riad siempre negó su implicación directa.

La reunión estuvo acompañada de máximos honores reservados a líderes extranjeros, lo que analistas interpretan como un gesto de rehabilitación política hacia Bin Salmán. En la agenda figuraron temas estratégicos:
–La venta de aviones de combate F-35 a Arabia Saudita.
–Nuevos acuerdos de cooperación en energía nuclear civil.
–La posibilidad de que Riad se sume a los Acuerdos de Abraham, normalizando relaciones diplomáticas con Israel.
La visita se produce tras siete años de aislamiento diplomático del príncipe en Washington y busca relanzar una relación bilateral que había quedado fracturada. Para Arabia Saudita, el encuentro representa una oportunidad de reposicionarse en la comunidad internacional y reforzar su papel como socio clave de Estados Unidos en Medio Oriente.
Organizaciones de derechos humanos han criticado el recibimiento, señalando que la situación interna en Arabia Saudita sigue marcada por restricciones a la libertad de expresión y persecución de disidentes. Sin embargo, Trump insistió en que la alianza con Riad es “fundamental para la estabilidad regional y la prosperidad global”.