La VII Cumbre de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que tendrá lugar este martes en Buenos Aires buscará impulsar la integración de países que atraviesan múltiples crisis políticas y económicas, al influjo del empuje renovado de Brasil tras la asunción de Luiz Inacio Lula da Silva.
El encuentro de este foro de concertación integrado por 33 países que preside actualmente Argentina, tiene como protagonista estelar al mandatario brasileño, que vuelve a la arena internacional luego de ganar las elecciones de noviembre en su país, con un discurso en el que recuerda permanentemente los logros diplomáticos de sus primeras dos presidencias (2003-2010).
“Brasil está otra vez de brazos abiertos”, resumió Lula el lunes hablándole a su par argentino Alberto Fernández en la Casa Rosada, en el marco de la primera visita de Estado de su nuevo mandato.
Lula siempre explicitó las ambiciones de protagonismo político internacional que entiende le caben a Brasil por su tamaño geográfico, peso económico y, más recientemente, por la amplitud del territorio amazónico que le pertenece, en un mundo que busca coordinar esfuerzos contra el cambio climático.
Pero los años en los que Brasil, con Lula en la Presidencia, era un articulador preponderante entre países emergentes y naciones industrializadas en el G20, impulsando el grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), o promoviendo la Unasur y la propia CELAC, creada en 2010, quedaron lejos.
El mundo es ahora “infinitamente más complejo”, dijo recientemente a medios brasileños el entonces canciller de Lula y hoy principal asesor del mandatario, Celso Amorim.
Incluso en esta cumbre de Buenos Aires, la convocatoria se vio algo reducida. Estarán presentes varios mandatarios de izquierda como el colombiano Gustavo Petro o el chileno Gabriel Boric, y de centroderecha como el uruguayo Luis Lacalle Pou.
Pero muchos de uno y otro lado del espectro político no concurrieron al llamado, como el presidente de la segunda economía latinoamericana, el mexicano Andrés Manuel López Obrador.
Otros desertaron a último momento, como Nicolás Maduro. El gobernante venezolano, que fue denunciado ante la Justicia argentina por organizaciones civiles y particulares por violación de los derechos humanos, en un intento de que fuera indagado si llegaba al país, anunció el lunes que no tocará suelo argentino.
Maduro tenía una cita el lunes con Lula, quien mantuvo en cambio en agenda el encuentro con el cubano Miguel Díaz-Canel, luego de pedir junto a su anfitrión Alberto Fernández, “que se acabe” el embargo estadounidense a Cuba.
– Contexto de tensión regional –
La cumbre de la CELAC tendrá lugar en un contexto de múltiples crisis internas en los países latinoamericanos, e incluso de tensiones entre vecinos y socios.
Perú atraviesa una profunda crisis institucional, con una sucesión de presidentes en pocos años, la mayoría destituidos, el último de ellos el maestro rural Pedro Castillo, expulsado por el Congreso luego de varios intentos el día que anunció que disolvería el Legislativo, gobernaría por decreto e intervendría la Justicia.
El intento de autogolpe no contó con el apoyo de las fuerzas de seguridad y Castillo fue detenido y cumple ahora prisión preventiva. Pero las protestas en las calles de Perú no cesan en contra del gobierno de su sucesora constitucional, Dina Boluarte, con saldo de 46 muertos hasta ahora y sin visos de solución.
En Nicaragua, decenas de opositores al régimen de Daniel Ortega siguen presos y hace 15 días, la Corte Interamericana de Derechos Humanos solicitó “medidas urgentes” para la liberación de algunos, entre ellos exaspirantes a la Presidencia en las elecciones de 2021 que fueron encarcelados.
Argentina atraviesa una crisis inflacionaria en un año electoral, y el gobierno de Fernández multiplica medidas para tratar de contener la subida de precios mientras busca cumplir las metas fiscales acordadas con el FMI, al cual Argentina le debe 44.000 millones de dólares.
Chile iniciará nuevamente el proceso para tratar de dotarse de una nueva Constitución tras el fracaso de su convención constituyente, y en Colombia, el gobierno de Petro acordó discutir a partir de febrero un cese al fuego bilateral con la última guerrilla del país, el ELN.
El Mercosur atraviesa una profunda crisis en medio de la decisión de Montevideo de negociar un TLC bilateral con China y solicitar el ingreso al Acuerdo Transpacífico sin la anuencia de los demás socios del bloque, una decisión duramente cuestionada por Brasil, Argentina y Paraguay.
“América Latina está quebrada desde el punto de vista institucional”, y además “no logra insertarse en el mundo de forma colectiva”, constató en diálogo el experto en relaciones internacionales e integración de la Universidad Católica del Uruguay Ignacio Bartesaghi.