Catar reanudó su mediación entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamás para lograr una tregua en la Franja de Gaza, declaró una fuente cercana a las conversaciones, después de que el emirato suspendiera temporalmente su papel de mediador.
Catar “reanudó la mediación”, indicó esta fuente bajo condición de anonimato, sin aportar más precisiones.
Catar, Egipto y Estados Unidos negociaron durante meses, sin éxito, para lograr una tregua en Gaza, escenario de una guerra desde hace más de un año entre Hamás e Israel. Sin embargo, el emirato del Golfo decidió suspender su mediación a principios de noviembre acusando a los beligerantes de falta de “voluntad y de seriedad”.
Al ser preguntado sobre la labor para alcanzar un alto el fuego en el territorio palestino, el portavoz del departamento de Estado estadounidense, Vedant Patel, declaró que Catar era un “socio indispensable” y que “continúa siéndolo […] en el contexto de los esfuerzos para encontrar una solución para ese conflicto”.
Por su parte, el canciller israelí, Gideon Saar, mencionó la posibilidad de un acuerdo para la liberación de rehenes retenidos en la Franja de Gaza, según su oficina.
“Quizá ahora tengamos un acuerdo sobre los rehenes […] espero que podamos lograrlo lo antes posible”, afirmó.
La guerra en Gaza estuvo desencadenada por el ataque de milicianos de Hamás el 7 de octubre de 2023 en el sur de Israel, en el que mataron a 1.208 personas, en su mayoría civiles, según un balance, basado en cifras oficiales israelíes que incluyen a los rehenes muertos en cautiverio.
Durante el ataque de Hamás, 251 personas fueron secuestradas en territorio israelí, de las que 96 continúan cautivas en Gaza. De estos, 34 habrían muerto, según el ejército israelí.
La ofensiva israelí lanzada en represalia en Gaza ha dejado al menos 44.580 muertos, la mayoría civiles, según datos del Ministerio de Salud del territorio gobernado por Hamás, considerados fiables por la ONU.
Desde que comenzó la guerra solo se ha logrado una tregua, a finales de noviembre de 2023. Duró una semana y permitió un intercambio de rehenes en manos de Hamás por presos palestinos en cárceles israelíes.