El presidente Joe Biden pidió al Congreso de Estados Unidos que apruebe reformas para responsabilizar a la policía de comportamientos violentos, y prohíba las armas de asalto peligrosas “de una vez por todas”.
“No podemos dar la espalda”, dijo Biden, refiriéndose a Tyre Nichols, quien murió después de ser fuertemente golpeado por la policía en Memphis, Tennessee.
“Unámonos y terminemos el trabajo de reforma policial”, añadió durante su discurso del estado de la Unión, al que asistieron los padres de Nichols.
En medio de rabia e inconformidad con el abuso policial, especialmente contra la comunidad afro, Biden pidió un “pacto” estadounidense sobre la igualdad de protección para todos.
“Cuando los oficiales o departamentos de policía violan la confianza pública, deben rendir cuentas”, apuntó.
“Así como cualquier policía, cuando se ponen su placa en la mañana, tiene derecho a poder ir a casa en la noche, también lo tienen todos allá afuera”, agregó.
“Nuestros niños tienen el derecho de volver a casa a salvo”.
El mandatario demócrata elogió la valentía de la madre de Nichols, RowVaughn Wells, de exigir reformas policiales tras perder a su hijo, golpeado por cinco agentes afroestadounidenses el 7 de enero y que murió tres días después.
Biden también exigió al Congreso tomar pasos más firmes para acabar con la violencia armada en Estados Unidos, incluyendo la prohibición de armas de asalto de alta potencia usadas en muchas de la matanzas ocurridas en el país.
Según Biden, los tiroteos masivos se ha triplicado después de que venciera una prohibición de 10 años que había patrocinado cuando estaba en el Congreso en 2004.