La oficina de Naciones Unidas en Haití expresó su preocupación por el reclutamiento de menores por parte de las bandas criminales que asolan Haití y que tienen desde hace casi dos semanas en jaque a la capital.
La representación de la ONU en Puerto Príncipe “está particularmente preocupada por el reclutamiento de menores en pandillas, una de las seis violaciones graves de los derechos de los niños”, dijo en Twitter.
Desde hace décadas, las bandas armadas han actuado a sus anchas en los barrios más pobres de Puerto Príncipe, pero en los últimos años han aumentado drásticamente su control de amplias zonas de la ciudad y el país, multiplicando los asesinatos y los secuestros.
La semana pasada, un video que circuló ampliamente en las redes sociales en el país mostraba a un niño de unos 10 años con el rostro enmascarado mostrando un arma automática de alto calibre.
En el clip, grabado en Martissant, un barrio pobre del oeste de Puerto Príncipe bajo control total de pandillas desde junio pasado, el niño dice que está en guerra con el líder de una pandilla rival.
La ONU ha denunciado este alistamiento de niños en el crimen organizado, cuando los enfrentamientos entre bandas ahora también paralizan los suburbios del norte y este de la capital haitiana.
En un segundo tuit difundido el miércoles, la oficina de Naciones Unidas en Haití “condenó la violencia de bandas armadas desde el 24 de abril que afecta a los municipios del norte y noreste de Puerto Príncipe, matando a decenas de haitianos e hiriendo y desplazando a miles más”.
Incapaces de entrar en los barrios azotados por esta violencia, las organizaciones de derechos humanos aún no han logrado establecer un balance preciso de esta guerra de pandillas.
En un comunicado difundido la tarde del miércoles, protección civil de Haití estima “que unas 9.000 personas han sido desplazadas” de los tres municipios ubicados en las afueras de Puerto Príncipe.
“Cuarenta y ocho escuelas, cinco centros médicos y ocho mercados han sido cerrados por la situación”, dijo la institución.
La policía nacional y el gobierno aún no se han pronunciado sobre este brote de violencia que actualmente impide cualquier salida segura de la capital por carretera.