Los agricultores estadounidenses que cultivan arándanos, un componente esencial de los festines de Acción de Gracias, han tenido que adaptar sus métodos tradicionales para luchar contra los efectos del cambio climático.
Estas ácidas bayas rojas, que se hierven con una gran dosis de azúcar para hacer la clásica salsa que acompaña el pavo, sólo prosperan en el entorno adecuado, pero el cambio climático amenaza con hacer que las condiciones sean más impredecibles y extremas.
Tras una terrible temporada en 2021, Billy McCaffrey está eufórico por la excepcional cosecha de este año. “Fenomenal, increíble”, dice el agricultor de 70 años, rodeado hasta la cintura por un mar de bayas.
Su granja de arándanos, al sur de Boston, es una de cientos en el estado de Massachusetts, en el noreste de Estados Unidos, el segundo mayor productor después de Wisconsin.
“Todos los años hay altibajos (…) Sólo espero que podamos mantenerla y que nos paguen”, dice McCaffrey, preocupado porque una inesperada tormenta de granizo pueda, no obstante, causar un desastre para él y su esposa Mary.
Los McCaffrey temían que en 2022 se repitiera el escenario del año anterior. Fue “una de nuestras peores cosechas en bastante tiempo”, sostiene el director de la Asociación de Agricultores de Arándanos de Cabo Cod (CCCGA, por sus siglas en inglés), Brian Wick.
Las lluvias y el ambiente en el follaje de las plantas crearon “las condiciones perfectas” para la putrefacción y los hongos, explica el experto a la AFP.
– “Impacto doble” –
La temporada de cultivo de este año comenzó con una sequía, a diferencia del año pasado. Los agricultores consiguieron mantener sus cultivos vivos con bombas y sistemas de riego, aunque las cuentas se vieron afectadas.
El resultado, sin embargo, parece una de las mayores cosechas de la historia, con una previsión de 1,9 millones de barriles (86.000 toneladas) producidos en Massachusetts, según la CCCGA.
Keith Mann, de 54 años, ha equipado su gran granja de Buzzards Bay con paneles solares para compensar los costos de combustible. También ha instalado varios molinos de viento en su propiedad y vende electricidad a la red.
Aunque no está seguro de que las temperaturas medias hayan aumentado notablemente, Mann considera que los extremos meteorológicos les causan “verdaderos problemas”.
“Tuvimos sequía todo el verano (…) Luego, a finales del verano, tuvimos aguaceros torrenciales, (que) provocaron inundaciones, y las inundaciones provocan infecciones por hongos”.
“Demasiada lluvia de golpe es un problema. lluvia insuficiente durante la mayor parte de la temporada fue otro problema. Júntalas, es un impacto doble”, explicó Mann.
En cuanto al Día de Acción de Gracias de este año y los que se celebren en un futuro relativamente cercano, los estadounidenses no tienen que apresurarse a abastecerse de salsa de arándanos por el momento.
Los agricultores se están adaptando al cambiante clima y produciendo nuevas variedades que serán procesadas por la enorme cooperativa agrícola Ocean Spray de Massachusetts.
“Nos levantamos por el Día de Acción de Gracias. Es lo que nos motiva”, dice McCaffrey. “Hay que cambiar la técnica y ajustarla poco a poco”.