Las continuas lluvias que azotan desde hace días Rio Grande do Sul, en el sur de Brasil, dejan hasta el jueves al menos 29 muertos y 60 desaparecidos, en el “peor desastre” climático del estado, informaron las autoridades.
Las imágenes a lo largo de la región son catastróficas: enormes superficies totalmente anegadas, ríos arrasando puentes y carreteras, así como aparatosos rescates de personas en techos o a punto de ser arrastradas por crecidas.
“Quiero lamentar profundamente todas las vidas perdidas, son 29 muertes registradas y con el dolor más profundo de mi corazón, sé que serán todavía más”, dijo el gobernador de Rio Grande do Sul, Eduardo Leite, en una transmisión en vivo por YouTube.
Leite dijo que había 60 desaparecidos registrados hasta el momento. Una cifra que puede crecer porque existen dificultades para acceder a localidades que se encuentran aisladas, agregó.
La cifra de fallecidos que reportó el gobernador es de más del doble que la reportada el jueves a mediodía, cuando el informe oficial era de 13 fallecidos.
Las inundaciones se concentran en el centro del estado, donde 154 localidades han sido castigadas por las persistentes lluvias.
En su último reporte (22H00 GMT), Defensa Civil dijo además que hay 36 heridos, 10.242 personas evacuadas y 4.645 en refugios.
Leite insistió en que se trata del “peor desastre climático” en la región bajo su gestión.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva viajó la mañana del jueves a la zona y prometió que “no faltarán recursos” humanos ni materiales para “minimizar el sufrimiento que este evento extremo de la naturaleza está causando en el estado”.
“El gobierno federal estará cien por ciento a disposición del estado” para las tareas de rescate y reparación, añadió Lula junto a Leite, tras viajar con una comitiva de ministros a la localidad de Santa María, una de las afectadas.
– “¿QUIÉN PUEDE DORMIR?” –
Raul Metzel, habitante de Capela de Santana, otro poblado impactado, dijo a la AFP que “nunca” vio algo así.
“Está todo bajo el agua, es triste. Y va a empeorar (…) ¿Quién puede dormir de noche? No sabemos cómo va a subir el agua, y cuando llega a la puerta de la casa ya no se consigue levantar nada”, contó afligido este operador de máquinas de 52 años.
Imágenes aéreas muestran zonas de Capela de Santana totalmente inundadas, donde solo se ven techos de viviendas.
“No podemos hacer nada por nadie. Parte de mi familia y otras personas que conozco están en Montenegro (afectado por el río Caí) y no puedo traer a nadie para acá porque no tenemos cómo ir”, dijo con pesar Claudio Oliveira, un mecánico de 54 años.
La madrugada del jueves, Rio Grande do Sul fue declarado en “estado de calamidad pública”.
Leite destacó los esfuerzos para “salvar vidas”, ante la amenaza de más desbordes de ríos y arroyos en el estado en las próximas horas.
Y alertó a los habitantes de seis municipios serranos de desbordes del río Caí, tras pedir la noche del miércoles evacuar las viviendas en el valle del río Taquari ante el riesgo hidrológico.
Las autoridades informaron además del rompimiento parcial de una presa en el municipio de Cotipora. Aunque no se espera una devastación del área, el volumen de aguas elevará el río Taquari.
El gobierno federal dijo que puso a disposición un total de 12 aeronaves, 45 vehículos y 12 embarcaciones, además de enviar 626 efectivos de las Fuerzas Armadas para socorrer a la población afectada, distribuir agua y alimentos, y montar espacios de abrigo, entre otras tareas.